lunes, 15 de marzo de 2010

El trabajador poscrisis

Debe dominar lo estratégico y lo operativo, y asumir incluso cambios de ramo

El trabajador de hoy es parte de una lucha darwiniana por el empleo, como consecuencia de la crisis económica desatada en 2008. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), desde esa fecha hasta ahora se han perdido cerca de 20 millones de puestos.
La institución pronostica que otras 43 millones de personas quedarán cesantes, entre 2009 y 2012, si los gobiernos retiran las medidas de estímulo económico muy rápido. En Latinoamérica y el Caribe las bajas en el mercado laboral ascienden a 2,2 millones solo en el año 2009.
Aunque en 2010 se espera mayor crecimiento económico en la región por la demanda de materias primas, el organismo reporta que el empleo no se recuperará igual de rápido, y que los desocupados seguirán rondando los 18 millones. El mercado luce muy competido para quienes introducen su currículo en esta época del año. Las empresas han optado por contratar menos cantidad, y más calidad.

Adaptación

Están buscando “trabajadores cualificados con alto grado de especialización y susceptibles de adaptarse rápidamente a los cambios.
Sobre todo si tienen que reubicarse en actividades profesionales distintas”, señala Yojana Pavón, doctora en Psicología Diferencial y del Trabajo de la Universidad Complutense de la ciudad de Madrid.
Agrega que a muchos trabajadores les ofrecerán cargos en sectores emergentes de la economía, donde no tienen mayor experiencia, y tendrán que decidir si aceptan. “Por desgracia, no se les dará la posibilidad de optar por un tiempo de reacción y reflexión”.

Amplio rango

Debido a la reducción de personal en las organizaciones, las funciones internas se redistribuyen y a un empleado le pueden tocar las tareas que realizaba algún ex compañero al que despidieron.
En las empresas hay dos tipos de quehaceres: los operativos, como tramitar permisos, elaborar cheques, sacar copias, archivar; son actividades de todos los días, que se rigen por una normativa, de acuerdo con Ángel Olivera, profesor de la especialización en Recursos Humanos de la Universidad Metropolitana. Son tareas que deben resolverse constantemente, de lo contrario es común ver su acumulación en “montañas” de papeles, volúmenes de transacciones, y “colas” de personas quejándose. Del lado del usuario, se espera una atención satisfactoria.
Por otro lado, están las actividades estratégicas, que son menos rutinarias. Por ejemplo, en un departamento de personal hacer un análisis del mercado salarial actual; en la división de caja estudiar la mejor opción para pagar a los proveedores mediante transferencia electrónica; o en una agencia bancaria determinar el grado de satisfacción del cliente.
Estas tareas no están prescritas, reguladas o estandarizadas. Según el entrevistado, se hacen cada cierto período, y requieren creatividad y reflexión.
Hoy en día, según el académico de la Unimet, el trabajador debe reunir los dos talentos, el de ser eficaz y rápido en lo operativo, y el de asumir eventualmente actividades más analíticas.

Tips de supervivencia

–Hágase visible en la empresa, si lo hace todo perfecto pero nadie se da cuenta, de nada le sirve. Puede pedirle opinión a su jefe sobre algún proyecto en el que esté trabajando.
–Desempolve su currículo, actualice su lista de contactos y revise el mercado, debe estar preparado en caso de que lo despidan.
–Aunque superiores y colegas se desesperen, mantenga la calma.
–No hable mal de nadie, no sabe si en el futuro ese compañero de trabajo que no le simpatiza termine siendo su jefe.
–Hágase indispensable, ofrézcase para realizar tareas extra, váyase de último de la oficina, y no tome vacaciones hasta que se estabilice la situación, pues cualquier sustituto pudiera “serrucharle” el puesto.
–Produzca dinero fuera de su empleo formal, vendiendo tortas, bisutería, ropa, como parte de su estrategia de supervivencia económica.
–Si lo despiden, considere invertir su liquidación en un negocio propio como una franquicia, en vez de gastarlo mientras consigue nuevo trabajo

Carolina Rodríguez T.
Especial para El Universal

lunes, 8 de marzo de 2010

El camino hacia el éxito

Cada individuo tiene un potencial, solo necesita orientarlo por el camino correcto

Detectar las oportunidades y poner en práctica las medidas necesarias para sacarle provecho es la definición más sencilla de lo que hace un emprendedor. Pero el concepto no es exclusivo del ámbito empresarial o laboral. Quien quiera que pueda ver las oportunidades en “río revuelto”, en medio de la crisis, puede ser considerado como tal.

Optar por el autoempleo

Se trata de iniciar un negocio por cuenta propia. Nadie ha dicho que sea fácil, pero tampoco es imposible. Decenas de profesionales mantienen hoy día a sus familias, redondeando el sueldo de la quincena con actividades como animación de fiestas infantiles, elaboración de tortas y postres por encargo o almuerzos para empresas; servicio de iluminación y sonido para fiestas privadas y eventos corporativos. Claro está, antes de lanzarse al ruedo necesitará sondear el mercado donde desea incursionar, la zona donde desea colocar su producto u ofrece su servicio, los costos y potenciales clientes. En pocas palabras un pequeño estudio de mercado que le brinde buenas posibilidades. Si desea registrar una firma comercial o necesita financiamiento, requerirá asesoría profesional.

Salida forzada

Ocurre, normalmente, tras ser despedido de su empleo. Lejos de caer en la depresión y dejarse abatir, el emprendedor piensa con cabeza fría y busca el lado positivo de la circunstancia.
Hace una lista de lo que puede hacer en el tiempo “libre”, busca alternativas de nuevos empleos en Internet, consulta su agenda telefónica y establece contacto con sus amigos y colegas en busca de alguna opción... Toca todas las puertas; alguna se abrirá para recomenzar. Los empleos temporales aún existen y son una alternativa. Por otro lado, si cuenta con una computadora en casa tendrá una ventaja sobre otros desempleados, ya que podrá “colgar” su CV de inmediato en diferentes sites de empleos a la vez.

Mejoramiento profesional

Estudios de postgrado, MBA, especializaciones, son opciones para quienes aspiran a seguir escalando posiciones dentro de la empresa donde trabajan. Sin duda, se requiere de una inversión, pues estos estudios son costosos. Por otro lado, está el tema del horario; pero actualmente existe la facilidad de los cursos on line, con un mínimo presencial requerido. Los emprendedores escudriñan el pensum de cada carrera para optar por el que pueda ofrecerles mayores oportunidades, tomando en cuenta la realidad del mercado de trabajo. Son prácticos, realistas y actúan con precaución e inteligencia; buscan pisar en terrenos sólidos y no en arenas movedizas.

Opciones

Definitivamente, quien no nace emprendedor puede convertirse en uno en el camino. Afortunadamente, existe una variedad de cursos de gerencia para todos los niveles de preparación; profesionales que ayudan a lidiar con el estrés, no caer en depresiones y ver las opciones en medio de la aparente oscuridad; cursos para el manejo de personal; herramientas tecnológicas para optimizar cada tarea. Con ello podrá alcanzar el éxito, aunque, por supuesto, requiere esfuerzo y dedicación.

Para tomar en cuenta

-Desea tener un negocio propio o desarrollar una actividad paralela a su desempeño personal. Pues, en ese caso, recuerde que su idea debe diferenciarse por lo menos en algún punto respecto a la competencia en el mercado. De lo contrario, será su debut y despedida, sin ganancias
-Estudie las necesidades de su entorno, ¿qué le hace falta? Converse con sus amistades, vecinos, compañeros de trabajo. Quizás la oportunidad esté allí, en la punta de su nariz, pero no la ha detectado. Y suele suceder que, mientras le da vueltas a la idea en su cabeza, otro se le adelanta.
-Una vez identificado el negocio en el que le gustaría incursionar, estudie a sus competidores. Si es una empresa de postres –por ejemplo– compre y pruebe los que actualmente colocan en el quisco de su cuadra, los que venden en su oficina. Así podrá establecer un punto de diferencia.
-En materia de formación, el IESA tiene dos cursos para este mes: Coaching de Ventas, del 15 al 17 de marzo de 2010 en el hotel Eurobuilding Hotel & Suites; y Franquicias: una estrategia de crecimiento para emprendedores, 23 y24 de marzo. Más información por www.iesa.edu.ve.

Diario El Universal
mpino@eluniversal.com

martes, 2 de marzo de 2010

Radiografía en la empresa

El inepto simpático es mejor acogido que el inteligente de mal carácter.

Hay cuatro arquetipos de trabajador, según un artículo del Harvard Business Review: el competente insoportable, el competente simpático, el inepto simpático y el inepto insoportable.
Estos se encuentran unos a otros alrededor de la máquina de café, trabajan en equipo y dan pie a esas redes informales que forman y deforman la dinámica empresarial, entre compinches y miradas que matan.
Este estudio analizó organizaciones grandes y pequeñas, con y sin fines de lucro de Norteamérica y Europa para comprobar, en primera instancia, algo obvio: que todos desean trabajar con el competente simpático y nadie con el inepto insoportable. Uno atrae gente, el otro la repele.
Es común que las personas busquen juntarse con el trabajador estrella que, además, es un encanto. Detrás de esa asociación se busca escalar dentro de la empresa bajo un precepto muy simple: “Si me ven con el más inteligente los jefes van a pensar que yo también soy inteligente”. Además de la generosidad, amabilidad y espíritu alegre, otro atributo que hace que una persona sea bien acogida en una empresa es el atractivo físico, señala el artículo. La gente bonita siempre está acompañada.

Dilema
Vino cuando hubo que escoger entre el competente insoportable y el inepto simpático, según advierte Tiziana Casciaro, en un resumen publicado por la web del Harvard Business School.
De la boca para afuera, los ejecutivos afirmaron preferir la competencia por sobre la simpatía. “Es posible controlar el desagrado que sentimos por alguien si es inteligente, pero no podemos entrenar a alguien inepto”. Otro testimonio fue: “Lo que me importa es el aporte que la persona haga al trabajo; si más allá de eso es buen sujeto, eso es un bonus”.

Todo al revés
Palabras y no más. En la práctica, fue al revés, señala el estudio del Harvard Business School.
Se encontró que los sentimientos personales jugaron un papel más importante en la formación de las relaciones laborales, que las evaluaciones de competencia.
Los empleados se juntan en equipos de trabajo más porque se llevan bien, que por razones profesionales.
Ahí vienen las redes informales y el llamado fenómeno “bisagra” que determina quién está adentro y quién fuera.
Por ejemplo, si alguien es despreciado en el entorno empresarial, por su mal carácter, por ejemplo, sus aptitudes pasan a ser invisibles.
Por más brillante que sea el empleado, la gente no se le va a acercar. Además no quieren darle la oportunidad de que demuestre su conocimiento.
En contraste, si un empleado es muy querido, sus colegas van a hacer lo posible por destacar hasta el más mínimo destello de competencia que muestre, para justificar su presencia en un determinado grupo de trabajo.
En definitiva, el mundo corporativo parece privilegiar el “me caes bien” por encima del “lo haces bien”.
De acuerdo con Casciaro es comprensible que la gente se aleje de los “insoportables”, pero es un error.

Desventajas
–La tendencia a asociarse con personas parecidas a uno o de personalidad atractiva es un fenómeno ampliamente descrito por los psicólogos sociales.
–Uno de los grandes inconvenientes de trabajar con personas similares es la limitada variedad de perspectivas que un grupo homogéneo aporta a la resolución de un problema.
–Trabajar sólo con personas que nos caen bien interrumpe la posibilidad de debate, porque a la gente se le dificulta criticar una idea que proviene de alguien a quien aprecia.
–Cuando se junta un grupo de colegas heterogéneo, más allá de las tensiones que surjan por las diferencias de carácter, puede surgir una gama de soluciones realmente innovadoras.
–Otro peligro de juntarse únicamente con personas afines en una empresa es que la inclinación a divertirse siempre va a competir con la responsabilidad de trabajar.
–Los gerentes deben concienciar esto al momento de tomar decisiones de reclutamiento, para formar equipos de trabajo variados.

Carolina Rodríguez T.
Especial para El Universal

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