jueves, 22 de diciembre de 2011

¿Fiestas decembrinas? Cuida tu imagen

Diciembre es el mes propicio para hacer una actividad que tiene como fin integrar a los colaboradores: la comida de fin de año; una oportunidad para convivir e, incluso, tratar temas laborales ‘importantes', pero que puede terminar mal si, como empleado, se incurre en conductas que dañen la imagen profesional.


Aunque los errores en estas reuniones pueden costar caro, uno de cada 10 empleados admite haber hecho un acto reprobable en la fiesta de fin de año y por ello haber sido despedido, refiere un sondeo realizado por Monster.com. El portal laboral encuestó a 3,700 trabajadores, de los cuales un 4% reconoce haber hecho algo ‘extremo', y el 5% indicó que su carrera se vio dañada por un mal comportamiento.

A su vez, un 14% dijo haber tenido una acción "medianamente reprobable", por lo que se sintió avergonzado unos días. Otro 14%, aunque ‘se portó mal', no tuvo efectos negativos en su imagen. De los 20 países participantes, los profesionistas del Reino son los más avergonzados por haberse excedido en este evento, con un 9% de personas que fueron despedidas por su actitud. El segundo lugar fue para Finlandia (7%) y en tercer sitio están los Países Bajos (6%).

La reputación es un elemento a cuidar desde el primer día laboral, y eso incluye el cierre de año. Hay gente que en esa fiesta sale alcoholizado; quienes dicen groserías a su jefe porque no les subió el sueldo; o está el ejecutivo que intenta conquistar a sus compañeras y no las respeta como profesionistas. Eso habla de una persona que no está construyendo la imagen de un ejecutivo exitoso, señala la directora general de la bolsa de trabajo y headhunter Lucas5.

La escuela de psicología de la Universidad de Birmingham, en Inglaterra, realizó un estudio donde se indica que los empleados, al sentirse desinhibidos con el alcohol, hacen comentarios que no harían en el ambiente más serio y controlado de su oficina.

Los comportamientos pueden llegar a situaciones más complicadas. Por ejemplo, un sondeo elaborado por la oficina de reclutamiento del Reino Unido Office Angels, entre 1,000 empleados, señaló que un 6% mencionó haber tenido relaciones sexuales con un colega en esa fiesta.

Según los resultados de la encuesta de Monster, el mexicano es más ‘conservador' en esas situaciones: el 78% (de 300 entrevistados) respondió que nunca ha hecho algo de lo que se arrepienta en una fiesta de la oficina. Sólo el 22% se ha comportado en forma inadecuada con distintos niveles de repercusión.

En opinión de la psicóloga laboral Berenice Vallejo, éstas son algunas de las actitudes que más prevalecen en las fiestas de fin de año:

1. Una ‘noche de copas'. Excederse en la cantidad de alcohol es un error, pero es el comportamiento en el que la mayoría de empleados han caído alguna vez, y de esa acción resultan otras actitudes comprometedoras.

2. Insultar a los jefes. La bebida, dice Vallejo, es un potente ‘desinhibidor' de las emociones. Al sentirse más ‘liberada', la persona empieza a hablar mal o a insultar a los jefes, compañeros o la empresa, por algún rencor o molestia acumulada.

3. Él o la indeseable. Acosar a un colega es otro error: además, es uno de los más difíciles de olvidar. "A partir de ese momento las relaciones se deterioran y en algunos casos pueden llegar al despido", expresa la psicóloga laboral.

4. No ir a trabajar al día siguiente. Es el resultado de la resaca; eso se entiende a nivel físico, pero en el ámbito organizacional genera una imagen de irresponsabilidad. "Ante esta situación, muchas empresas han optado por hacer comidas o cenas en los últimos días de la semana. Aunque eso tampoco es pretexto para exceder el comportamiento".

Aunque estas actitudes son las más comunes, existen otras ‘peligrosas', como discutir, permanecer toda la cena sólo con un compañero, quejarse, acudir sólo 20 minutos y después ‘desaparecer' del evento, vestir en forma fuera de lo común y, el más arriesgado: tener relaciones sexuales con un colega.

Berenice Vallejo refiere que estos espacios pueden ser un buen lugar para abordar algún punto de interés para el empleado, como destacar los resultados obtenidos. Sin embargo, no debe llegarse al grado de cansar o aturdir a los jefes. Se trata de un rato de convivencia y, quizá, lo que menos quiera un superior es hablar de aumentos o cambios de área.

Sea unas palabras o una actitud, hay que cuidar el comportamiento en esta celebración porque la mala imagen no se quita. "Todo mundo se va a acordar del día que saliste arrastrándote de la fiesta de Navidad. Además, en las empresas se asocia a las personas que hacen este tipo de cosas con ciertos problemas de alcohol", puntualiza Mayra Ortega.

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