martes, 7 de junio de 2011

Mudarse de casa a un apartamento

Cualquiera que sea el motivo, la transición no siempre es fácil. Vivir en un apartamento es totalmente diferente que en una casa. Si bien para muchos puede ser un cambio traumático para otros puede ser positivo, ya no tienen que preocuparse por mantener un espacio tan grande ni bregar con la limpieza de patios, jardines.

Más y más cosas
En una casa caben muchísimos más enseres que en un apartamento promedio de dos o tres habitaciones, y con los años es increíble la cantidad de objetos que acumulamos. Es preciso hacer un inventario de lo que vayamos encontrando: muebles, cuadros, ropa, libros, juguetes.



La mayoría de las cosas que vamos guardando y no usamos son un tributo a una meta no alcanzada. El ejemplo más típico son los aparatos para hacer ejercicios. Siempre decimos que vamos a usarlos, pero nunca nos decidimos a hacerlo. También esos libros que compramos y nunca tenemos el tiempo para hojearlos siquiera. Evitamos deshacernos de tantas cosas sólo "por si acaso" o con la esperanza de que su presencia algún día nos anime a usarlas.


Pero, hay que ser realistas, si ver el equipo multifuerza lleno de polvo aún no nos ha motivado a hacer ejercicios, ¿qué nos hace pensar que algún día lo haremos?


El primer paso es tomar la determinación de librarnos de tantas cosas que ya no necesitamos o para las que no tendremos espacio en el apartamento. Si no las hemos usado en los últimos dos años, de seguro nunca lo haremos.


Cuestión de espacio
¿Alguna vez se ha mudado y luego se ha dado cuenta (tarde, por cierto) de que no calculó bien el espacio que tendría en el nuevo lugar para guardar sus cosas? Hay que asegurarse de evaluar cuánto espacio disponible tenemos antes de mudar todas nuestras pertenencias.


¿La nueva cocina tiene menos gabinetes y gavetas que la anterior? ¿Todos los cuartos tienen closet? ¿Éstos tienen maletero? Saber cuánto espacio tendremos para almacenar nos dará una idea del volumen de cosas de las que tendremos que deshacernos.


Si revisamos los armarios y los gaveteros de los cuartos nos sorprenderemos de la cantidad de ropa y cosas de las que ni siquiera nos acordábamos y que nunca han visto la luz.


La única razón por la que están ahí acumuladas es porque realmente no las necesitamos.


No olvide los gabinetes del baño y la cocina. Encontrará medicinas vencidas, maquillaje y cremas que no usa, envases de plástico vacíos y utensilios de cocina que ni siquiera sabía que tenía.


Vecinos
Compartir una pared con otras personas es totalmente diferente, algo que le imprime un nuevo significado a la frase "los vecinos de al lado". A alguien que ha vivido en una casa siempre le costará acostumbrarse a oír cada vez que tocan el timbre de un vecino y los sonidos cotidianos de las personas que viven más cerca. Al principio será difícil saber si están tocando su puerta.

Cuando están tocando la puerta del apartamento de al lado, parece como si estuvieran tocando la suya. Ni siquiera el perro sabrá la diferencia. Con el tiempo sabrá distinguir cuándo es la suya o la de un vecino.


Por Servio Viloria
Especial para El Universal
Foto Cortesía

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