viernes, 21 de junio de 2013

Fiat 500, la opción urbana


Las poderosas razones económicas en un momento de crisis como el actual a la hora de elegir un nuevo automóvil para solventar las necesidades y hasta exigencias de movilidad modernas constituyen el principal argumento en el difícil y a veces muy largo proceso de decisión de compra.

Teniendo en cuenta el argumento económico, el pequeño Fiat 500 alimentado con gasolina y AutoGas o GLP (Gas Licuado del Petróleo) no debería tener muchos problemas en un mercado como el español, salvo la supina falta de conocimiento del comprador español sobre este tipo de carburantes alternativos, bien conocidos del resto de los mercados europeos. En el caso del Fiat 500 el proceso de decisión es más fácil porque se trata de un auto urbano que en grandes ciudades como Madrid o Barcelona pueden moverse exclusivamente con GLP.

Lo que supone, a la hora de llenar el depósito, pagar un precio por litro que es 50 % más barato que el de la gasolina de 95 octanos. Hay que tener en cuenta que el GLP o AutoGas es el carburante alternativo más utilizado en el mundo y su naturaleza reside en una mezcla de butano (40 %) y propano (60 %).

El GLP es una alternativa aún más eficiente que cualquiera de los carburantes al uso, ya que presenta una reducción de las emisiones que puede superar 60 % y un ahorro medio de 20 %. Pero las ventajas del AutoGas no residen únicamente en el precio. Para empezar, las prestaciones, en términos de potencia y par, no cambian respecto a las versiones de gasolina, pero el impacto ambiental es muy inferior.

El menor impacto se traduce en cero partículas finas (humo negro formado por hidrocarburos mal quemados) y emisiones reducidas de CO2, además de tratarse de un combustible sin plomo y sin azufre. Las emisiones de CO2, no contaminantes pero determinantes en el calentamiento global son más reducidas frente a la gasolina.

La combustión del GLP es silenciosa por lo que contribuye a reducir la actual contaminación acústica generada en gran medida por un parque diesel de grandes proporciones.

También es real una reducción del mantenimiento frente al diesel, con períodos más largos para el cambio de aceite, al margen de la seguridad y facilidad de transporte, ya que se realiza en fase líquida a bajas presiones. Curioso es comprobar el estado interior de la mecánica entre un carro que funciona con gas y el mismo motor alimentado con gasolina.

Al cabo de unos cuantos kilómetros de uso, el interior del primero se muestra brillante y pulido, mientras el segundo exhibe la negrura impregnada por el carbono generado en la combustión de la gasolina.

El ruido es un último factor a tener en cuenta. Con GLP o gasolina es 50 % más silencioso que un diesel.

El contenedor es un utilitario de moda que desde su lanzamiento, en 2007, se ha convertido en todo un icono, en un coche que gusta y es deseado por un amplio aspecto del mercado que, por cierto, comparte plataforma y gran parte de la tecnología motriz con el Ford Ka, de escaso éxito, que se fabrican en la misma línea de producción.

El Fiat 500 es una prueba fehaciente de lo que puede lograrse con un buen diseño. Estamos ante un auto pequeño, con las limitaciones que ello impone en espacio interior. El habitáculo, con una gran sensación de calidad, no es muy ancho, suficiente para dos adultos en las parte delantera y muy justo para los ocupantes de la banquera trasera. El maletero es suficiente para sus proporciones y uso urbano. La actualización hasta la última intervención en enero de 2013, ha consistido en la incorporación de nuevos paragolpes, que incrementan su longitud en 4 cm; molduras en la parte baja de los laterales de la carrocería, alerón en la parte final del techo, terminaciones en cromo oscurecido y nuevas llantas.

Fernando A. Marqués