viernes, 2 de agosto de 2013

Aceleración en la carretera


Londres, Nueva York y Pekín han sido testigos de la reciente presentación del nuevo BMW i3. Se trata del primer automóvil eléctrico de gran serie de la marca, que llegará a España a partir de noviembre de este año.

Como es usual, días antes de la presentación se realizó la toma de contacto en una pista de pruebas de un antiguo aeródromo militar de la Segunda Guerra Mundial al sur de Munich. Se hizo con vehículos camuflados, no los que saldrán a la venta.

Los técnicos diseñaron un circuito para probar aspectos clave como la aceleración, frenos, manejabilidad y estabilidad. Elementos que han sido la preocupación principal de la marca durante el desarrollo de sus modelos.

El comportamiento y las buenas prestaciones han sido la preocupación principal durante el desarrollo de cada producto de BMW. Para beneplácito de los fabricantes, los resultados fueron positivos.

El BMW i3 es el primer modelo eléctrico que ha sido desarrollado considerando sus características especiales: poca necesidad de espacio para el conjunto motor-transmisión y exceso de peso a causa de las baterías.

Para resolver el segundo de los problemas han echado mano del aluminio así como la fibra de carbono. Así, el auto consta de dos módulos. El primero, denominado i-Drive, contiene el motor y los 96 módulos de la batería. Van contenidos en un bastidor de aluminio.

El segundo es llamado i-Life y recoge un habitáculo producido en CFRP, un material de plástico reforzado por fibra de carbono. El resultado es una estructura 30% más ligera; además, pesa 50% menos en comparación con el uso del  acero en su construcción. Esto es crucial, ya que compensa el peso que agregan los módulos de la batería.

Con respecto a las pruebas de  choque, los resultados han sido excepcionales.

Al respecto se puede mencionar que los paneles que dan forma a la carrocería -hechos en varias películas de fibra de carbono- tienen ángulos distintos para potenciar la resistencia a la torsión y a la flexión. En un choque simulado a 64 km/h con 40% offset (choque frontal donde el impacto afecta sólo 40% de la anchura del auto y es una de las pruebas más severas) la energía fue asimilada totalmente por la sección delantera pese a la falta de motor de combustión y de transmisión. Al final, el habitáculo no sufrió intrusión alguna y las puertas seguían abriendo y cerrando perfectamente.

El modelo ofrece tracción posterior. El motor y la transmisión se ajustan perfectamente a la mitad de la anchura del vehículo, lo cual deja espacio suficiente para que se pueda acoplar el motor bóxer bicilíndrico de la versión de autonomía extendida. Se estima  que al menos duplicará la autonomía de la versión 100% eléctrica, hasta los 300 kilómetros.

Gracias a la altura del techo el acceso a las plazas delanteras y traseras es muy cómodo. Asimismo, la postura al conducir y el capó más corto permiten una buena visibilidad.

Marilin Pino A.
mpino@eluniversal.com