viernes, 6 de diciembre de 2013

Peugeot 308 Ap Allure, buen rival



Ha llegado al mercado con una fuerza que está sorprendiendo a la propia marca, que esta facturando un promedio de 1.500 pedidos mensuales, un ritmo que le permitiría estar entre los tres primeros del ranking a muy pocas semanas de su lanzamiento comercial. El protagonista no es otro que el Peugeot 308 de nueva generación, un compacto que llega con un diseño con mucha personalidad, que deja atrás las estridencias que han sido propias de la marca, especialmente en los frontales, en los últimos años. Las formas del nuevo 308 son limpias y nítidas, por lo que es fácil la configuración llegar a un resultado general que ha ganado en elegancia y presencia sobre el asfalto. El diseño tiene los ingredientes y rasgos necesarios para aguantar la fatiga del paso del tiempo, un factor que es extensivo al resto de los elementos del auto.

Es interesante saber que Peugeot ha cambiado su filosofía de desarrollo de forma radical. Ha sido una aventura de ingeniería, en palabras de los hombres de Peugeot, porque el reto ha sido someter a este modelo a pruebas de calidad similares a la de los coches de gama alta, con patrones de resistencia equivalente a tres años y 100.000 kilómetros, en lugar del patrón anual utilizado por los fabricantes generalistas.

Para empezar, el Peugeot 308 parte de una plataforma nueva, que servirá para hasta nueve siluetas (crossover y familiares incluidas), extraordinariamente flexible y funcional, que ha supuesto para el grupo PSA Peugeot Citroen un gigantesco ahorro. Esta plataforma ha sido clave en la decisión de General Motors de optar por la alianza estratégica firmada con el grupo francés. Una golosina que gracias a una mayor utilización con esta alianza generará aún mayores ahorros.

La nueva plataforma, al margen de hacer posible una reducción del peso en 140 kilos, muestra su potencial en la dinámica del modelo sobre el asfalto. La calidad de rodadura, gracias, además, a un elevado nivel de insonorización, está en estándares difíciles de encontrar en el mercado de compactos, al menos en el equilibrio entre confort y prestaciones de matiz deportivo.

Una de las sorpresas para quien toma el volante del nuevo 308 es la calidad y nivel dinámico del bastidor.

Se percibe en línea recta, con un buen filtrado de todo lo que sucede entre el neumático y el suelo, y en curva con respuestas rápidas y firmes de los trenes y con la mínima inclinación de la carrocería.

A los mandos del nuevo 308 se reciben sensaciones que no son propias, al menos hasta ahora, de los turismos compactos considerados generalistas. Una de las grandes innovaciones del 308, aunque ya ha habido un adelanto a bordo del 208, es el concepto i-Cockpit, nombre con el que se designa el puesto de conducción y todo lo que le rodea.

El nuevo concepto está formado por un volante de menores dimensiones que las habituales, la instrumentación tipo Head-Up, una pantalla táctil de 9,7 pulgadas que sirve ara el control de la gran parte de las funciones del coche, y una consola central elevada. A bordo del 308 se encuentra el mismo concepto, pero la mayor amplitud del entorno hace más natural la acomodación. La gran revolución del i-cocpkit es que el conductor, una vez habituado a la nueva posición tendrá dificultades de manejo y se fatigará, más cuantos más kilómetros realice.

El secreto está en que el cuadro de instrumentos aparece por encima del aro de un volante pequeño, de tacto muy agradable, achatado para incomodar menos, que favorece una posición de manos mucho más baja que reduce la tensión que sufre un conductor con loa brazos en la posición debida de otro ocho. La pantalla táctil da acceso casi a cualquier función de una forma más o menos intuitiva, lo que simplifica el manejo, además de facilitar un diseño del habitáculo limpio y minimalista, que tiene su punto de elegancia.

Fernando A. Marqués