viernes, 17 de enero de 2014

Toyota ofrece el RAV4, más ligero



Con dos ruedas motrices, Toyota abre el espectro de su clientela en este segmento, aunque en una posición competitiva que no es la de las primeras generaciones del modelo, ya que ahora tiene una numerosa competencia que ofrece esta opción motriz.

Al prescindir del sistema de tracción integral, el RAV4 es más ligero, con casi cien kilos menos que su equivalente en AWD, lo que hace posible que en esta versión 4x2 se utilice un motor con menos caballos para obtener casi el mismo rendimiento dinámico que las versiones diesel de 150 caballos.

La cuarta generación del RAV4 -se mantiene sin la carrocería de tres puertas- ha crecido notablemente, con 20 centímetros más de largo que su antecesor, y ello ha sido aprovechado para dar 10 centímetros más a la distancia entre vías.

Esta última cota tiene claras consecuencias en la dinámica del bastidor, con una mejor respuesta en la rodadura turística sobre asfalto y en la habitabilidad. Especialmente en la zona trasera, con más espacio para los tres pasajeros y un volumen de carga que se sitúa en los 547 litros hasta la línea de bandeja, además de los 100 litros supletorios bajo el suelo del maletero.

En donde ha perdido el nuevo SUV de Toyota es en la altura sobre el suelo, con 25 mm menos, que influyen en la altura total del auto, acercándose más a un turismo familiar, aunque la apariencia no sea esa, debido a una línea de cintura elevada y a exceso de chapa en algunas zonas, como la trasera, con un portón que se muestra como un muro.

La línea de cintura y la generosidad en superficie pintada, sumada a los enérgicos rasgos del nuevo diseño, configuran un auto visualmente potente, que da impresión de robustez. Se han aplicado criterios de "gestión del aire" para mejorar la aerodinámica y, en consecuencia, mejorar la estabilidad y el consumo de combustible. Las esquinas aerodinámicas delanteras y traseras, los embellecedores de las ruedas y los retrovisores optimizados desde el punto de vista aerodinámico, minimizan la turbulencia y estabilizan el flujo del aire por los lados.

El habitáculo se estrecha hacia la parte posterior, y los ángulos de la luna trasera, el techo y el alerón integrado se han optimizado para reducir así al mínimo la resistencia aerodinámica en la parte posterior.

Medidas de gestión del paso del aire por el chasis buscan mejorar el aislamiento del habitáculo y la estabilidad.

El conjunto es armonioso, salvo la perspectiva ofrecida por la trasera. Sintoniza con los cánones estéticos europeos, salvo el interior, que presenta un estilo más discutible, con excesiva horizontalidad, tendencia que se está imponiendo en los fabricantes japoneses. El dispositivo de navegación se muestra en una pantalla central, en la zona superior.

La percepción de calidad que se obtiene desde el puesto de conducción no es todo lo elevada que debiera en un vehículo que pretende plantar cara a los mejores del segmento. Los materiales son buenos pero el aspecto debería mejorar para crear mejores sensaciones.

Este particular RAV de tracción 4x2 está movido por un nuevo motor diesel de 2.0 litros (1.998 cc) que desarrolla 124 caballos de potencia, gracias a un turbocompresor de boquilla variable, combinado con una transmisión manual de seis velocidades. El equipo de frenos es suficiente para la conducción que practicarán la mayoría de los propietarios de este SUV, pero es sensible al uso intenso. Recuperan la eficiencia dejándoles enfriar. Con todos estos argumentos, el RAV4 4x2 es una buena alternativa a los turismos familiares.

Visto desde esta perspectiva es una buena solución familiar. Este Toyota ofrece mucha amplitud con una generosidad que es muy difícil de encontrar en el segmento de los familiares compactos. El precio es otra cuestión.

Fernando A. Marqués