martes, 9 de julio de 2013

Cómodo Opel Mokka Selective


La apariencia musculosa proporcionada por el diseño y la ingeniería del espacio han creado un turismo funcional, ajustado a las necesidades de un nutrido grupo de usuarios que puede esgrimir variadas razones para decidirse por un auto "pequeño". Este Opel se adapta a la utilización urbana con una conducción fácil y una posición elevada que crea ese dominio sobre el resto del tráfico rodado que es tan confortable en las complicadas ciudades modernas.

El Mokka ofrece unas más que aceptables condiciones de uso fuera de carretera, aunque en este caso, limitadas por la ausencia de la tracción 4x4. El Mokka muestra los marcados trazos del diseño Opel actual, resaltados por líneas tensas que crean facetas que juegan con la luz y el color.

El resultados es un vehículo aparentemente muy subido de atrás.

Zona desde la que fluyen líneas de silueta que convergen en un frontal afilado. El estilo del Mokka contrasta con las formas redondeadas, no menos poderosas, del Chevrolet Trax, el pariente que comparte el bastidor, los motores, alguna solución tecnológica, y lo que es más importante, la misma línea de producción, en Corea del Sur, en la planta de la primera marca de General Motors.

Se distingue rápidamente como un Opel, especialmente desde la observación frontal, porque la huella lumínica de día es común a la del resto de los modelos de última generación, en forma de ala.

El interior parece más grande de lo que debiera para un subcompacto. El pequeño SUV dispone de espacio suficiente y confortable para cuatro pasajeros. Un quinto pasajero cabe pero haría de un largo desplazamiento una experiencia poco agradable.

El volumen de maletero se está en un valor muy aceptable para su tamaño. Son 356 litros, una cifra que corresponde al segmento superior y que fácilmente puede incrementarse superando la línea del cobertor.

El chasis de este modelo ha sido puesto a punto para las necesidades diarias de los clientes europeos, sean en zonas urbanas o fuera de ellas, porque el Mokka acepta sin problemas las salidas fuera del asfalto.

Que sea 4x2 o 4x4 limitará la capacidad de tracción en terrenos muy resbaladizos, porque en los demás, con el cuidado debido, puede desenvolverse casi de igual manera. La versión 4x2 se nos muestra especialmente ágil en todo tipo de recorridos. A pesar de la altura de la carrocería, las inclinaciones en curva han sido reducidas al mínimo.

Aquí se nota el trabajo de ajuste del chasis realizado en Alemania, adaptado al conductor europeo.

La experiencia de conducción mejora gracias al control electrónico de estabilidad (ESP), al control de tracción (TC), así como el sistema de arranque en rampas (HSA) y el sistema de control de descenso (HDC).

La firma acústica del motor, acompañada de una vibración, no se desprende de la conducción de un auto que cambia radicalmente cuando se utiliza el eficiente 1.4 turboalimentado, un propulsor que encaja bien en este bastidor, con un rendimiento en consumo que plantea muchas dudas de elección que penalizan la opción diesel. Cuando llegue el nuevo motor 1.6 diesel esto puede cambiar. La tracción exclusivamente delantera de esta versión no impide aventuras moderadas fuera del asfalto.

La suspensión absorbe eficazmente las pequeñas irregularidades del camino y sólo cuando los agujeros son más continuos y muy seguidos hay que atenuar el ritmo de rodadura porque la corta batalla del coche mueve mucho la carrocería.

El Opel Mokka llega al segmento de crecimiento más rápido de Europa, un mercado en el que en poco se ha convertido en un éxito que en España aún está por confirmarse. Desde que se inició la comercialización ya son más de 100.000 unidades las vendidas por la marca.

Fernando A. Marqués

Subscribe via email

Enter your email address:

Delivered by FeedBurner