Los fabricantes no quieren dejar escapar una oportunidad del difícil mercado del automóvil ni un sólo deseo del automovilista, de forma que hoy un comprador dispone de un completo catálogo para cada necesidad de movilidad.
Un buen ejemplo es este peculiar modelo, el Renault Megane Scenic Xmod. Un monovolumen que con electrónica, protecciones bien repartidas y un buen trabajo en la suspensión, ha sido exprimido hasta situarlo a un paso de los denominados crossover, o todoterreno ligeros cercanos a los turismos, pero con ciertas capacidades off road. Además, las apariencias engañan, porque el hecho de que sea un monovolumen no quiere decir que esté limitado porque es un buen medio para disfrutar del tiempo libre en la naturaleza, siempre y cuando las pretensiones no sean ambiciosas en conducción fuera del asfalto.
En la prueba dinámica la intención fue someter al Xmod a un duro examen en pista, hasta poner la suspensión en sus límites y la electrónica en su punto de saturación, y el resultado ha sido sorprendente. La altura libre al suelo, con un centímetro más que las versiones estándar del Scenic, no es mucha pero sí suficiente para no rozar con los accidentes del suelo. La suspensión tiene la capacidad suficiente para digerir obstáculos y vaivenes de una conducción cotidiana.
El Scenic Xmode puede con más de lo que se puede imaginar su comprador, que puede descubrir las capacidades paso a paso y con prudencia, todo lo contrario en nuestro caso, que debíamos obtener una conclusión rápida y sin interrogantes. En terreno abrupto admite mucho maltrato. El límite está en el interior del auto. Los pasajeros van a bambolearse como muñecos si se exagera la conducción. En zonas deslizantes, el Xmod también resuelve bien los inconvenientes de la perdida de tracción. Aquí entra en juego el corazón técnico de esta especial versión mitad monovolumen y mitad crossover. Se trata del sistema Extended Grip.
Es el primer modelo del catálogo de Renault en montar el nuevo dispositivo, un avanzado sistema de control de tracción, derivado del de antipatinamiento.
Es el primer modelo del catálogo de Renault en montar el nuevo dispositivo, un avanzado sistema de control de tracción, derivado del de antipatinamiento.
El sistema, que se activa mediante un mando giratorio cerca de la palanca de cambio, facilita la circulación en suelos deslizantes. El selector ofrece tres modos de ajuste: carretera, terreno blando o experto. El modo "carretera" es activado por defecto y coincide con los reglajes clásicos de sistema antipatinamiento para superar suelos mojados o con hielo.
El modo "terreno blando" activa el Extended Grip: se modifica el control del par motor y de los frenos para que las ruedas delanteras patinen más, de forma que los neumáticos del Xmod, que son unos de calificación M&S (Mud and Snow), polivalentes para barro y nieve, evacuan el barro o la arena que cubre la carretera, lo que mejora la adherencia.
Y en el modo "experto" se gestiona el sistema de frenado dejando al conductor el control total del par motor y la libertad de dosificar la aceleración. El sistema, observado con escepticismo al principio, convenció rápidamente aunque las condiciones de la prueba dinámica no fueron todas las posibles y las más extremas.
Otra de las cualidades de este Xmod es el tren motriz. Se trata en este caso del 1.5 dCi de 110 caballos de potencia que mueven sorprendentemente bien a este voluminoso coche, a través de una caja manual de velocidades bien escalonadas.
Con un pequeño incremento del precio final del coche, el Xmod puede equipar la moderna cada EDC de doble embrague que se comporta como una caja automática, aunque de manera mucho más eficiente, en consumos y en la secuencia de cambios de relación.
El 1.5 dCi es un motor de los denominados súper ventas, porque ya son más de 1,1 millones de unidades las producidas para equipar distintos modelos de Renault y de Nissan.
Fernando A. Marqués
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