lunes, 5 de septiembre de 2011

Reorganización de sindicatos oficialistas no se cristaliza

El PCV y Únete forman alianza en plena efervescencia interna.

El movimiento sindical sigue en el proceso de reorganización que inició hace ocho años, sin todavía lograr la cohesión.

La última alianza, que se había asomado tímidamente, quedó finalmente sellada a través de la declaración del IV Encuentro Sindical de Nuestra América que se realizó en Nicaragua a finales del mes de agosto, en la que la Unión Nacional de Trabajadores (Únete) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV) acordaron con sus firmas el compromiso conjunto de defender los derechos de los trabajadores.

Ambos grupos, si bien apoyan la figura del Presidente Hugo Chávez, en los últimos meses han criticado fuertemente el aparato estatal y su poca capacidad para generar soluciones a los trabajadores. El retraso de 10 años en la aprobación de la reforma de la Ley Orgánica del Trabajo, las fallas en el control obrero y las críticas a la burocracia han sido algunos de los puntos de encuentro entre ambas tendencias, lo cual han demostrado en las últimas movilizaciones que se han realizado en Caracas.

Pero esa suma no da más, al menos no por ahora. La Únete en lo interno es de nuevo el blanco de la división entre las dos corrientes de pensamiento que la conforman: El Colectivo de Trabajadores en Revolución (liderado por Marcela Máspero) y Marea Socialista (guiado por Stalin Pérez).

Al congelador

Fuentes ligadas a la organización sindical señalaron que un impasse entre los dirigentes de ambas tendencias metió las buenas relaciones en el congelador. Indican que Máspero tiene una postura fuerte ante las presuntas irregularidades que se presentan en el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social con la resolución de los conflictos y la defensa de los trabajadores, y que Pérez no está dispuesto a llegar tan lejos.

Los voceros señalaron que, aun con la alianza que se concretó con el PCV, la Únete está resquebrajada, al menos por los momentos. Señalan que todo parece indicar que se trata de un alejamiento temporal, más que de una ruptura.

La organización oficialista, que no ha logrado hacer comicios internos para elegir sus autoridades, ha enfrentado varias crisis desde su creación en 2003. La última fue en 2008, cuando la mitad de sus integrantes decidieron separarse y montar una nueva organización, la Central Socialista de Trabajadores, en intento por unir a los trabajadores oficialistas.

No obstante, tampoco la nueva central ha logrado dar frutos y la misma ha estado de bajo perfil en los últimos meses, más allá de los pronunciamientos puntuales de algunos sectores que forman parte de la misma organización.

SUHELIS TEJERO PUNTES

EL UNIVERSAL

Noticia Publicada en: El Universal

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