miércoles, 14 de octubre de 2009

Duelo entre concreto y acero

La estructura metálica gana terreno en construcciones familiares. Carolina Rodríguez T. Especial para El Universal.
En Venezuela, el concreto armado es casi una religión. La mayoría de las casas posee un esqueleto a base de piedras, cemento y arena, con refuerzo de hierro. Pero desde hace unos 15 años hay un sistema que le hace la competencia al tradicional. Se trata de la estructura metálica, que empieza a abrirse paso en el segmento de construcciones familiares. Su uso es común en otros países, como EUA, Chile, Francia, Inglaterra, Australia, Japón, Taiwán y Nueva Zelanda.

El municipio El Hatillo presenta un boom de estas viviendas, pero en macro la penetración aún es baja. Lo contrario sucede en el mercado venezolano de centros comerciales, galpones y edificios, donde el esqueleto de acero baila a sus anchas desde hace décadas. Algunos ejemplos con alma metálica son las torres de Parque Central y de Corpbanca.

Más baratas
Esta tecnología hace que las casas sean hasta 20% más baratas, según Pedro Rivero, ingeniero civil y profesor de la Universidad de Los Andes.

El profesional de la Ingeniería subraya que "el principal factor de ahorro es el tiempo, ya que el proceso de construcción es más corto".

Primero, porque se puede manejar paralelamente el trabajo de campo -fundaciones-, y la fabricación de las piezas que conformarán el esqueleto de la casa. Segundo, la estructura metálica se arma rápido y no necesita tiempo de fraguado (secado), apunta Rivero. Se ahorra también en materiales, agrega Nicolás Denis, ingeniero civil y gerente de Mercadeo y Ventas de Siderúrgica del Turbio, porque no hay que hacer encofrados en madera.

Resistencia
Cuando se piensa en acero, se piensa casi inmediatamente en incendio, y en cómo las llamas afectan el metal. Y un desastre hace pensar en otros, como terremotos y lluvias.

Rivero afirma que el acero resiste altas temperaturas, pero si son por tiempo prolongado, "el metal se puede deformar", aunque hay recubrimientos protectores.

El aire y el agua, por su parte, causan corrosión. Una manera de evitarla, según Rivero, es usando acero galvanizado.

Los movimientos telúricos también amenazan. Denis explica que el esqueleto de acero es más sismorresistente que el tradicional, por su ductilidad. Pero la máxima resistencia se logra con una buena estructuración. Una referencia obligada es la norma Covenin 1618-1998 "Estructuras de acero para edificaciones. Método de los estados límites".

La unión de las piezas metálicas es lo más crítico. Es preferible que sean apernadas (atornilladas), apunta Rivero, aunque en Venezuela lo común es la soldadura.

Los pros del acero
-Estructuras más livianas, permiten ahorrar en fundaciones, y el menor peso conviene en caso de sismos. Comportamiento elástico, que facilita la recuperación espontánea y sin secuelas, luego de deformaciones. Si el diseño es correcto, las fallas por agrietamiento son inexistentes, el material posee alta isotropía (se comporta igual en todas direcciones).
-Las ampliaciones, reducciones, reparaciones, cambios de uso o función a costo razonable.
-El acero resiste temperaturas relativamente altas sin deterioro de sus propiedades. Facilidad de conexión a otros materiales. Durabilidad, con adecuadas condiciones de mantenimiento. No se deteriora fácilmente durante los almacenajes, traslados y el montaje. Limpieza del proceso constructivo, con mínimo desperdicio. Son estructuras altamente recuperables, reciclables, y poco contaminantes.
Fuentes: ingenieros José Bolívar, Pedro Rivero y Nicolás Denis.
Foto cortesía: Los esqueletos de acero en la construcción reducen costos.

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