Antes de incursionar en cualquier negocio inmobiliario, pensando por supuesto en los beneficios futuros que ello pueda generar, es preciso tomar en consideración diversos aspectos.
Bien sea un residencial o vacacional, se trata de una negociación que implica riesgos para los participantes. Lo ideal es analizar qué es lo que realmente necesita para no ir más allá de lo que se puede pagar. Hay que recordar que el precio se establece por metro cuadrado, de manera a mayor superficie, más costoso será el inmueble. Las preguntas recurrentes son: ¿qué necesito? ¿para qué lo requiero? ¿cuánto espacio necesito? ¿dónde me resultaría más conveniente? ¿de cuánto dinero dispone y si podrá sostenerlo en el tiempo? ¿será permanente o en el futuro podría arrendarlo/venderlo?, entre otras.
Las respuestas a estas interrogantes son la clave para iniciar la búsqueda de información; son la guía para buscar la ayuda de un especialista en el rubro de bienes raíces.
En el caso particular de los inmuebles vacacionales, representan una vía de escape para los interesados en los tiempos de asueto cada año. Tienen la posibilidad de escoger el de preferencia a lo largo de toda la costa del país. Y en caso de no utilizarlo en sus vacaciones tienen la posibilidad de alquilarlo según los estándares respectivos.
Para hacer la selección es importante visitar o conocer la zona. En el Oriente, Centro, Occidente del país existen excelentes desarrollos inmobiliarios. Para escoger se deben analizar puntos como los servicios en la zona -electricidad, aseo, agua, gas-, las comodidades en el edificio, el funcionamiento de ascensores y demás sistemas inherentes al inmueble.
El interesado normalmente analiza la compra como un seguro económico para el futuro propio y de su familia. Podría tener la necesidad de venderlo para utilizar el dinero en otra cosa. De manera que la compra de un inmueble vacacional puede verse como un salvoconducto financiero a largo plazo.
Independientemente de que sea para el disfrute o no, es vital que se ajuste al presupuesto, capacidad de pago, sin riesgos excesivos. Puede requerir un préstamo de las entidades correspondientes y es preciso estudiar en profundidad la capacidad de pago del mismo.
Otro aspecto a considerar es el momento para hacer la transacción. La estabilidad financiera, la situación económica personal, el apoyo de la familia, si tiene hijos en el momento que desea comprar o, por otro lado, está terminando estudios en la universidad. Cada uno de estos elementos son claves para el éxito o fracaso. Los expertos recomiendan comprar en los ciclos bajos del mercado.
Esto se refiere a los ciclos cuando bajan los precios de los inmuebles. Ello puede suceder durante las crisis económicas. Pero, claro está, es preciso contar con la asesoría de un profesional en el rubro para lograrlo. Hay que recordar que al invertir en un inmueble para rentar la persona debe invertir tiempo y dinero en su mantenimiento. La propiedad debe estar siempre habitable, impecable, para ofrecer al huésped un espacio de calidad. Solo así el propietario obtendrá dividendos; de los cuales también debe estar pendiente. Debe conocer un poco de cómo se maneja este tipo de actividad para no resultar perjudicado; saber que hay períodos de recesión y otros altibajos.
Sin duda, para las familias es un beneficio contar con un inmueble vacacional para el disfrute. Cada temporada se convierte en la oportunidad de salir de la rutina, disfrutar de otro ambiente, con las comodidades de una infraestructura moderna normalmente frente al mar.
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