Luz adecuada, colores claros, mobiliario justo, todo debe estar dispuesto para hacer de los libros y el aprendizaje el gran objetivo.
En la casa, la decoración de cualquier espacio debe responder a su propia naturaleza. El planteamiento de una cocina no debe obedecer al de una sala, ni el dormitorio al de un estar. Así que todo rincón doméstico requiere de una atención específica.
En ese sentido, el estudio también reclama cuidado especial, aunque, a veces, se ponga a un lado en la lista de prioridades.
Contar con una sala para la lectura, no es complicado. Habilitar un cuarto de dormitorio es una opción. Tal vez, la más conocida. Lo importante es adecuarlo y equiparlo como una verdadera biblioteca.
Portales como Idealista y Casa Diez apuntan a que el mobiliario no tiene que ser abundante, así que obvia aquella estantería que no usarás. Un estudio no tiene que tener todos los muebles que viste en la casa de tu vecino ni los que ostentosamente se exhiben en las revistas especializadas.
Un escritorio sería la pieza protagonista. Si se trata de dos personas que lo emplean más que el resto de los miembros de una casa, es conveniente que el escritorio sea de dos puestos. Los hay hasta de cuatro estaciones de trabajo. La familia debe elegir la opción que más se parezca a las exigencias del grupo.
Una biblioteca, aérea o de base, también es imprescindible para colocar libros y revistas. Lo ideal es recurrir a un carpintero profesional y hacerla al gusto personal, pero no siempre se cuenta con un servicio serio que haga un trabajo en el tiempo solicitado. En todo caso, el mercado de las ferreterías y de las casas de muebles suele garantizar una respuesta que deja satisfecho al más exigente.
Un estudio reclama de una iluminación justa. Una lámpara central hará que cuente con luz en cualquier zona del estudio. Sin embargo, hay quienes creyendo que se verán favorecidos colocan el escritorio exactamente al lado del ventanal, permitiendo una entrada de luz en exceso. Si por ubicación de su casa, no puede evitarlo, emplee cortinas y, mejor aún, persianas. El mercado las tiene de buena calidad, excelente diseño y colores vibrantes.
Una de las decisiones más desafiantes es elegir el color de la habitación. Si se trata de personas muy jóvenes y otras mayores que compartirán el espacio, lo mejor es seleccionar colores claros que ayuden a la concentración. Después de todo, el cuarto es para estudiar.
Un estudio es también el rincón para equipar con un televisor, siempre y cuando su uso sea razonable. Estar informado es obligado para quienes aspiren a desenvolverse con soltura en el mundo moderno. Eso sí, no tiene que estar por encima del objetivo para el cual se ha creado la habitación: el estudio y la lectura.
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