lunes, 5 de octubre de 2009

Aprender a superar el miedo

El estado de ánimo en el trabajo quizás sea menos alentador de lo usual.
Judith Sills - Psychology Today.


El miedo nos acecha en el trabajo. Es un temor indescriptible que se cuela por los conductos de ventilación.
El mal olor del miedo al fracaso se ha propagado más allá de los sectores claramente afectados por la crisis: concesionarios de vehículos, periódicos, imperios de bienes raíces. Hoy en día, el miedo nos alcanza a todos. Sea por motivos racionales o irracionales, nos sentimos inquietos y nos preguntamos: "¿Qué ocurrirá aquí?". Y luego, por falta de información, terminamos dándonos una respuesta aterradora.
Ciertamente, el miedo nunca ha estado completamente ausente del lugar de trabajo. Siempre ha mancillado la atmósfera pura de productividad en mayor o menor grado.
Una gerente de beneficios de jubilación dice que sintió miedo cuando su jefe quería despedirla después que cometió un costoso error profesional.
Conservó el empleo, pero "él prometió llevar un archivo de todos mis errores, y sentí temor por mi trabajo todos los días después de eso".
Sin embargo, actualmente el miedo es más una experiencia colectiva y sus consecuencias son -como es de esperarse- de una naturaleza distinta.
La realidad
Observamos despidos y reducciones de presupuesto; inhalamos la tensión contagiosa de dueños de compañías y gerentes, quienes no necesariamente comparten informaciones específicas, aunque no pueden evitar transmitirnos sus preocupaciones. Su personalidad tiene mucho que ver con la forma como usted procesa esta experiencia grupal de ambiente de temor generalizado.
Los que se preocupan mucho, por ejemplo, probablemente estarán fuera de sí: nerviosos, inquietos y con tendencia a entrar en un estado de mayor desesperación o depresión.
Deberían no prestarle atención a los rumores que circulan por la oficina, los cuales podrían conducir a horas de especulación que generan ansiedad en todo el personal.
Quienes lo niegan todo pasarán por la ansiedad más fácilmente, aunque, como siempre, su negación puede impedirles tomar medidas razonables de autoprotección.
Para analizar
Independientemente de cuál sea la inclinación de nuestra personalidad, el temor tiende a hacer que nos preocupemos más por nuestro desempeño profesional. Pero también nos hace estar más alerta. Agudiza nuestra concentración.
Demasiado miedo nos paraliza, pero un sobresalto repentino y tolerable puede despertarnos y activar nuestro potencial productivo, adormecido por la estabilidad laboral.
Indispensable en tiempos amenazadores
-Aproveche las oportunidades. Si usted es el jefe o un líder informal en el trabajo, enfrente su miedo reconfigurando la situación para todos los demás.
-Diga que le gustaría ver la situación como una oportunidad para encontrar formas de mejorar la organización, en lugar de concentrarse en las posibles pérdidas y en el terror. Al asumir esta actitud sus subalternos se sentirán colectivamente aliviados y estarán motivados para trabajar con más ahínco.
-Genere soluciones. Ésta es su oportunidad de asumir un papel como gran colaborador, lo que podría evitar que pierda su empleo. Glaser ha entrevistado a cientos de jefes y les ha preguntado qué empleados valoran más y por qué. Encontró que los trabajadores preferidos son "cosechadores de ideas", acuden a su superior con sugerencias sobre lo que se podría hacer de otra manera. Los empleados que son infravalorados cumplen con sus tareas, pero esperan que el jefe sea la fuente de conocimiento.
Traducción José Peralta

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