lunes, 6 de diciembre de 2010

La espiral del silencio

Cuando los empleados callan, la empresa pierde su insumo más importante

El empleado tragó grueso y calló... Definitivamente es una escena bastante frecuente en el ámbito corporativo, creada por un sistema tácito de recompensa hacia el silencio, que va más allá de la pantomima del jefe con la puerta abierta. Calló porque recordó aquella vez en la que un colega se quejó de la empresa mediante una carta abierta al director y, cuando se sobrevino la crisis económica, fue el primero en salir. Desde ese momento quedó claro el verdadero significado de la “puerta abierta”: ventilación, no comunicación. La gente prefiere hacer blackout ante los problemas: conflictos entre trabajadores, ineficiencia, inseguridad laboral, políticas empresariales que generan malestar, además de conductas ilegales y potencialmente peligrosas. Pero es cuestión de tiempo para que todo esto se acumule y termine haciendo combustión en una crisis corporativa. El temor a una retaliación (despidos, negación de ascensos) y a ser rechazado por los compañeros de trabajo son las principales razones para permanecer callado, según un estudio sobre el tema publicado en la revista Personnel Psychology. Los investigadores se propusieron averiguar qué condiciones hacen falta para que la gente hable libremente en su ambiente de trabajo, para lo cual entrevistaron a 850 enfermeras en diversos centros asistenciales de EUA. ¿Por qué enfermeras? Porque el silencio puede ser fatal en el medio hospitalario y saber por qué una profesional de este tipo calla información crítica puede dar luces sobre las razones que privan en otros contextos laborales.

Hallazgos

Las enfermeras eran menos silentes cuando se sentían identificadas con sus compañeras de faena (camaradería), apegadas a la organización (sentido de pertenencia) y orgullosas de su profesión (autoestima ocupacional). Pero el factor decisivo para lograr una atmósfera de apertura es la percepción grupal de que el ambiente de trabajo es justo, revela la investigación. La gerencia debe crear estrategias para cultivar estos valores. A cambio, obtendrá un libre flujo de la información, un mejor conocimiento de la empresa, de su gente, de sus inquietudes. Se reduce la probabilidad de crisis inesperadas y el rendimiento aumenta. Aquí, la figura del supervisor es clave: si todo el equipo percibe que es una persona justa, se crea un clima donde todos se sienten cómodos hablando, y los temores a la retaliación tienden a disiparse. Pero toda moneda tiene dos caras. El estudio reveló que mientras mayor era la jerarquía del supervisor en el organigrama, la tendencia a callar entre las enfermeras era mayor. El miedo a la autoridad y ese viejo legado de verticalidad organizacional aún pervive en muchos ámbitos de trabajo. Un estudio similar del Harvard Business School concluye que el silencio le pasa una alta factura psicológica a quienes lo ejercen, generando sensaciones de humillación, ira perniciosa, resentimiento, lo que contamina toda interacción, anula la creatividad, la productividad y la crítica constructiva.

Mutis al descubierto
  • Erróneamente se cree que las mujeres y los empleados no profesionales son más propensos a callar sus incomodidades, pero un estudio reseñado en el Harvard Business Review desmiente este mito.
  • Más de 25% de los entrevistados en dicho estudio afirma no aportar un feedback constructivo en problemas de rutina porque no quiere perder tiempo, otro 20% señala como razón principal el miedo a posibles retaliaciones, mientras 42% dice que prefiere permanecer en silencio cuando “no hay nada que ganar, o hay algo que perder”.
  • La razón más común para callar, según esta investigación, es que “hablar termina siendo inútil”.
  • Permanecer mudo es cómodo para el empleado. Un ejemplo son las reuniones grupales donde todos refuerzan la idea inicial del primero que se atrevió a hablar. Otros callan porque tienen miedo de decir algo tonto.
  • El temor a ser expulsado del grupo de amigos de la oficina hace que la gente no cuestione las ideas de sus compañeros.

Carolina Rodríguez T.

Especial para El Universal

Fuentes:
rhsmith-umd.cn, hbr.org y hinduonnet.com/Jobs

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