Las autoridades señalan que la inflación se desacelera y el propio Banco Central de Venezuela exhibe el resultado de septiembre, con una variación de precios de 1,6%, como un logro de su política. No obstante, esto de alguna manera responde al fuerte rezago en los ajustes de precios de diversos productos regulados que, tarde o temprano, tendrán que ser corregidos. Solamente esta semana fueron autorizados los aumentos en los precios al consumidor de la leche, en todas sus presentaciones, y del aceite comestible de maíz y de girasol, todos sobre el 30% y aun con ello estas alzas no logran cubrir los costos de producción. Destaca el hecho de que, por ejemplo, la leche pasteurizada no se ajustaba desde hacía 19 meses. Llama la atención que el índice de precios al mayor en septiembre fue de 1,7%, pero en septiembre de 2010 era de 0,7%. Es notorio, al revisar este indicador por el origen de los bienes, que la mayor inflación medida al mayor se registra en los rubros nacionales, con 1,8%, ya que en los importados fue de 1,0%. En todo caso, en lo que va de 2011 se acumula una inflación de 20,5%. La variación anualizada, septiembre 2011-septiembre 2010, es de 26,5%. El BCV destaca que es inferior al 27,9% correspondiente al mismo mes del año anterior, pero se ubica muy por encima de las estimaciones oficiales iniciales de inflación para 2011. En el caso de los alimentos el BCV reportó que en septiembre registraron una tasa inflacionaria de 1,9% que, aunque superior a la general de 1,6%, es inferior a la vivida en agosto de 3,9%. Sin embargo, el segmento de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas suma en el año una aceleración de precios de 24,6% y muestra una inflación anualizada de 31,2%, aun cuando cerró septiembre con una variación mensual de 1,4%. En detalle Puntualmente el mes pasado se notó el repunte de la inflación en los servicios de educación, típica en la temporada del inicio de clases. De hecho, la variación de precios pasó de 0,9% en agosto a 8,1% en septiembre. Destaca la inflación de 11,5% en la educación preescolar y básica, y de 13,4% en la secundaria. Una visión geográfica del proceso inflacionaria muestra que San Cristóbal (2,7%) y Ciudad Guayana (2%) fueron las ciudades con una mayor variación de precios en septiembre. Efecto rezago Entre marzo y octubre de este año el Ejecutivo autorizó ajustes entre 24% y 44% en 14 productos regulados. Sin embargo, los recientes aumentos, a juicio del presidente del BCV, Nelson Merentes, no tendrán impacto significativo en la inflación. Al respecto el economista José Guerra señaló que la inflación se encuentra en escalada precisamente como consecuencia de los ajustes "desfasados" en los precios de los alimentos. Explicó que si bien es cierto que la metodología que viene aplicando el BCV en la corrección de los precios permite que los aumentos se diluyan, asegura que los ajustes sí tendrán impacto en el índice. "No va a ser una explosión en la inflación, pero de que tendrá un impacto en el índice lo va a tener. Esos rubros que han ajustado tienen una alta ponderación en el consumo. La metodología que están aplicando es que esperan a fin de mes para ajustar los precios, para que el efecto inflacionario no sea recogido en ese mes, entonces el aumento se va diluyendo en el mes próximo. Al final la inflación en lugar de subir dos meses o tres meses sube a lo largo de seis meses seguidos, porque se va graduando un ajuste". Recordó que el índice de inflación está compuesto por 13 categorías, entre ellas la de alimentos, "que es la que más peso tiene". El rezago en los precios de los alimentos es lo que ha obligado al Ejecutivo nacional a que autorice ajustes importantes de precios al consumidor de los alimentos controlados. Incluso la distorsión entre los costos y la regulación llevó al Ejecutivo a revisar dos veces, en un período de en cuatro meses, los precios del aceite y de la leche en polvo. El valor de la leche cruda a nivel de productor no se corregía desde marzo de 2010 y, a pesar de que recibió un ajuste de 44%, el rezago persiste. Lo mismo aplica para rubros como carne de res, pastas, azúcar, harina de maíz precocida, azúcar; y materias primas como maíz cuyos aumentos, aunque son porcentajes significativos, resultan insuficientes para cubrir los costos.
Artículo publicado en www.eluniversal.com