Hay
infinitos métodos para resolver conflictos entre actitudes dispares
dentro de un mismo equipo, pero desde luego, evitarlo nunca es una de
ellas. El empresario o superior puede mantenerse fuera de la situación,
entrar y actuar de árbitro, o incluso tomar parte por uno de los dos
lados.
Pero al final, lo que nos frena en los conflictos laborales es lo
mismo que en las relaciones personales, según Spiegelman: El miedo a
hablar.
A menudo, cuando alguien, sea un jefe o no, tiene problemas con alguien de la empresa, intenta evitar el conflicto y a la persona en sí. Esto deriva en problemas no resueltos, en percepciones erróneas acerca de las intenciones de la otra persona, una escalada de negatividad que deriva en una falta general de proceso.
5 CONSEJOS PARA RESOLVER ESOS PEQUEÑOS PROBLEMAS QUE SE CONVIERTEN EN GRANDES OBSTÁCULOS PARA LA EMPRESA:
1. Todos tenemos buenas intenciones
Independientemente de la cuestión a tratar, con quién tratarla y cómo, la mayoría de los trabajadores empiezan inicialmente con una posición personal y sincera. Es decir, aunque se genere una discusión, hay que entender que es porque cada uno defiende su posición, pero la mayoría de la gente no lo hace simplemente para oponerse.
2. Resiste la tentación de entrar en el problema
Es más fácil afrontar un conflicto para avanzar en la toma de decisiones, pero hay que tomarse un tiempo para escuchar las quejas de todos. Sin embargo, un problema solo debería llegar al superior cuando esas dos personas ya han intentado solucionarlo de forma independiente.
3. Fomenta las conversaciones personales
La única manera de resolver un problema permanente es a través de una conversación real, abierta, cara a cara. Nada de correos electrónicos, de mensajes de texto o en la red social. Ya sea en vivo o por teléfono, hay que poder percibir como mínimo el tono de voz, y aún mejor si es todo el lenguaje corporal.
4. Si es necesario, posiciónate
Si dos compañeros ya han hablado y aún así no han podido resolver sus diferencias, hay que ofrecerles ayuda para resolver la situación, pero dialogando todos al mismo tiempo. Dar a ambas partes la oportunidad de ser escuchados y tomar partido como responsable en una de las dos posiciones.
5. Da a conocer tu filosofía sobre el conflicto
A la gente le encanta hablar de los demás y estar enterado de todas las quejas de los compañeros de trabajo. Es una respuesta emotiva y natural, pero también representa una gran pérdida de tiempo. Asegúrate que tu mensaje y metodología para abordar el conflicto son conocidos por toda la organización. Ante un conflicto: parar, pensar, hablar y resolver, primero sin el jefe y sólo acudir a él si no se llega a una solución.
1. Todos tenemos buenas intenciones
Independientemente de la cuestión a tratar, con quién tratarla y cómo, la mayoría de los trabajadores empiezan inicialmente con una posición personal y sincera. Es decir, aunque se genere una discusión, hay que entender que es porque cada uno defiende su posición, pero la mayoría de la gente no lo hace simplemente para oponerse.
2. Resiste la tentación de entrar en el problema
Es más fácil afrontar un conflicto para avanzar en la toma de decisiones, pero hay que tomarse un tiempo para escuchar las quejas de todos. Sin embargo, un problema solo debería llegar al superior cuando esas dos personas ya han intentado solucionarlo de forma independiente.
3. Fomenta las conversaciones personales
La única manera de resolver un problema permanente es a través de una conversación real, abierta, cara a cara. Nada de correos electrónicos, de mensajes de texto o en la red social. Ya sea en vivo o por teléfono, hay que poder percibir como mínimo el tono de voz, y aún mejor si es todo el lenguaje corporal.
4. Si es necesario, posiciónate
Si dos compañeros ya han hablado y aún así no han podido resolver sus diferencias, hay que ofrecerles ayuda para resolver la situación, pero dialogando todos al mismo tiempo. Dar a ambas partes la oportunidad de ser escuchados y tomar partido como responsable en una de las dos posiciones.
5. Da a conocer tu filosofía sobre el conflicto
A la gente le encanta hablar de los demás y estar enterado de todas las quejas de los compañeros de trabajo. Es una respuesta emotiva y natural, pero también representa una gran pérdida de tiempo. Asegúrate que tu mensaje y metodología para abordar el conflicto son conocidos por toda la organización. Ante un conflicto: parar, pensar, hablar y resolver, primero sin el jefe y sólo acudir a él si no se llega a una solución.
Información publicada en: http://www.equiposytalento.com