Las vacaciones son el tiempo para relajarse, olvidarse del horario, las juntas y reuniones, los momentos incómodos, reclamos. Tiempo para disfrutar del mar, los espacios abiertos, levantarse un poco más tarde, comer con la familia y disfrutar cada rincón del hogar.
Para evitar perder estos buenos momentos y prolongar al máximo las sensaciones positivas al volver a la oficina hay que procurar mantenerlas en la mente. Recrear interiormente el sonido de las olas, mirar una foto de la familia disfrutando juntos... Esto ayudará a no perder la conexión con lo agradable.
Es importante permanecer el mayor tiempo posible conectado con los momentos agradables, felices, inspiradores del rendimiento en la oficina.
Hacia adelante
Quedarse enganchado con el pasado no permite apreciar lo que sucede en el aquí y ahora.
Si bien las vacaciones fueron gratificantes y divertidas, hay que volver a ordenar la agenda de trabajo, contactar a los clientes, empaparse de cualquier cambio que haya sido aplicado durante su ausencia.
Terminan las vacaciones y hay que regresar, con ánimo y buena disposiciónLas obligaciones diarias se deben priorizar, sin tratar de hacerlo todo la primera semana de reincorporación. No podrá contestar todos los emails, contactar a todos los clientes, redactar documentos. Estableciendo listas pequeñas de obligaciones evitará cargarse de nuevo de estrés y podrá cumplir la lista de actividades. Traer a la mente los momentos buenos, de diversión, no significa quedarse en el pasado, sino apreciar el presente y mirar al futuro con esa buena "vibra" de cada momento disfrutado.
Con buen pie
Inicie esa primera semana de vuelta a la oficina tomando un rico desayuno con los alimentos que más le gusten. Haga una rutina corta de ejercicios que le brinde energía y lo mantenga activo el resto del día. También puede darse una ducha con aceites esenciales que le permitan relajarse y conservar un rico aroma el resto de la jornada en la oficina. La idea es consentirse un poco, mimarse, para enfrentar con buen ánimo los primeros días de trabajo después de las vacaciones.
Estrategias que funcionan
Es importante aprender a separar el entorno familiar y personal del laboral. Esto no quiere decir que la persona se olvide de su pareja, los niños o los problemas domésticos; sino que establezca brechas bien marcadas que permitan reaccionar de forma asertiva.
Al llegar a la oficina, es preciso concentrarse en las obligaciones pendientes. Cuando termina la jornada, hay que relajarse y olvidarse de la agenda. Si puede, acuda al gimnasio por lo menos una hora para mantenerse en forma y drenar el estrés. Una vez en casa, dedíquese unos minutos para leer una revista que le guste, jugar con los niños un rato, conversar con la pareja.
Marilin Pino A.
El Universal