viernes, 4 de septiembre de 2009

Encontrarse contra la pared

A veces, al toparnos con obstáculos lo mejor quizás es no hacer nada.

A veces, un obstáculo es nítidamente visible porque representa una amenaza tan clara como una guillotina. Dos socios de un bufete de abogados recibieron una advertencia: “Hemos r
evisado su base de clientes y no estamos seguros de que haya un lugar en la firma para ustedes a largo plazo”. Otras paredes son internas, visibles sólo para quienes tienen conciencia de sí mismos. Un director creativo a mitad de su carrera divisó esta pared cuando se escuchó a sí mismo describir su trabajo como una “jaula de oro”. “Admití que tenía un gran sueldo en mi trabajo, pero no una buena vida”.

A veces, el mundo coloca paredes en el camino. “Hacía un trabajo increíble al desarrollar todo un nuevo sector de mercado cuando el presidente ejecutivo de la empresa fue reemplazado. El nuevo jefe quería a su propia gente. Un día fui notificado de que mi empleo le había sido dado a otra persona. Me dijeron: ¡Ríndale cuentas a él: tómelo o déjelo!”.

Las paredes se ven a lo lejos, pero quizás no distinga sus formas en la distancia.
“Cometí el clásico error de una empresa pequeña de depender demasiado de un cliente”, señaló un consultor de arte que se identificó con un teatro regional. “Cuando la junta directiva perdió el financiamiento, mi negocio colapsó”.

Estrategias
Un cliente reduce su presupuesto, una fusión tiene lugar, el mercado cambia, su nuevo gerente se relaciona sólo con jugadores de golf o su empleo es estable, pero a decir verdad a usted ya no le importa. Definitivamente, usted chocó contra una pared. Y ahora, ¿qué hacer? Nada.

Esto es lo mejor que puede hacer en primer lugar. Si asumimos que no fue despedido en el acto, usted tiene algún tiempo. Y se necesita tiempo para planificar una estrategia.

Haga una pausa suficientemente larga para superar su miedo o temor inmediato o para identificar cualquier tipo de depresión reactiva que pueda estar experimentando.

Quizás necesite despotricar durante una semana o irse a la cama llorando. Luego, con o sin ayuda, debe recuperarse y trazar un plan racional.

Básicamente, cuando está contra una pared, puede escoger entre detenerse, seguir adelante o virar a un lado.

Cualquiera de estas opciones puede ser una estrategia exitosa, pero esto va a depender de su situación específica y de la actitud que tenga ante su trabajo y la vida.

Detenerse significa aceptar el lugar en el cual se encuentra y apreciar la pausa.

Para algunos, esta respuesta es el camino más fácil, pero pudiera ser la vía que le lleve a donde quiera ir.

Traducción José Peralta

Aprender de la experiencia
–La pared es el obstáculo que desacelera la carrera profesional, socava el nivel de satisfacción e induce la ansiedad, para el cual muchos no estamos preparados. Se presenta en formas distintas, por lo que no siempre se le reconoce instantáneamente. Lo inconfundible es el dolor al retroceder después de estrellarnos contra ella.
–Puede detectar el obstáculo, tragar seco y seguir adelante. O sacar provecho de la situación, pero con paciencia.
–El ejemplo del ingeniero industrial es elocuente. “Cuando fui obligado a rendirle cuentas a alguien con cinco años menos de antigüedad y 50 puntos menos de CI, quería renunciar en el acto. Pero, viendo el panorama general, el empleo realmente me convenía. Mi esposa trabajaba cerca; la escuela de los niños era magnífica. No podía irme. Así que hice del sujeto mi nuevo mejor amigo. Le di un apoyo total. Cuando él obtuvo el ascenso que yo le ayudé a conseguir, yo ocupé su puesto”.

Judith Sills
Psychology Today

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