El trabajador de hoy es parte de una lucha darwiniana por el empleo, como consecuencia de la crisis económica desatada en 2008. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), desde esa fecha hasta ahora se han perdido cerca de 20 millones de puestos.
La institución pronostica que otras 43 millones de personas quedarán cesantes, entre 2009 y 2012, si los gobiernos retiran las medidas de estímulo económico muy rápido. En Latinoamérica y el Caribe las bajas en el mercado laboral ascienden a 2,2 millones solo en el año 2009.
Aunque en 2010 se espera mayor crecimiento económico en la región por la demanda de materias primas, el organismo reporta que el empleo no se recuperará igual de rápido, y que los desocupados seguirán rondando los 18 millones. El mercado luce muy competido para quienes introducen su currículo en esta época del año. Las empresas han optado por contratar menos cantidad, y más calidad.
Adaptación
Están buscando “trabajadores cualificados con alto grado de especialización y susceptibles de adaptarse rápidamente a los cambios.
Sobre todo si tienen que reubicarse en actividades profesionales distintas”, señala Yojana Pavón, doctora en Psicología Diferencial y del Trabajo de la Universidad Complutense de la ciudad de Madrid.
Agrega que a muchos trabajadores les ofrecerán cargos en sectores emergentes de la economía, donde no tienen mayor experiencia, y tendrán que decidir si aceptan. “Por desgracia, no se les dará la posibilidad de optar por un tiempo de reacción y reflexión”.
Amplio rango
Debido a la reducción de personal en las organizaciones, las funciones internas se redistribuyen y a un empleado le pueden tocar las tareas que realizaba algún ex compañero al que despidieron.
En las empresas hay dos tipos de quehaceres: los operativos, como tramitar permisos, elaborar cheques, sacar copias, archivar; son actividades de todos los días, que se rigen por una normativa, de acuerdo con Ángel Olivera, profesor de la especialización en Recursos Humanos de la Universidad Metropolitana. Son tareas que deben resolverse constantemente, de lo contrario es común ver su acumulación en “montañas” de papeles, volúmenes de transacciones, y “colas” de personas quejándose. Del lado del usuario, se espera una atención satisfactoria.
Por otro lado, están las actividades estratégicas, que son menos rutinarias. Por ejemplo, en un departamento de personal hacer un análisis del mercado salarial actual; en la división de caja estudiar la mejor opción para pagar a los proveedores mediante transferencia electrónica; o en una agencia bancaria determinar el grado de satisfacción del cliente.
Estas tareas no están prescritas, reguladas o estandarizadas. Según el entrevistado, se hacen cada cierto período, y requieren creatividad y reflexión.
Hoy en día, según el académico de la Unimet, el trabajador debe reunir los dos talentos, el de ser eficaz y rápido en lo operativo, y el de asumir eventualmente actividades más analíticas.
Tips de supervivencia
–Hágase visible en la empresa, si lo hace todo perfecto pero nadie se da cuenta, de nada le sirve. Puede pedirle opinión a su jefe sobre algún proyecto en el que esté trabajando.
–Desempolve su currículo, actualice su lista de contactos y revise el mercado, debe estar preparado en caso de que lo despidan.
–Aunque superiores y colegas se desesperen, mantenga la calma.
–No hable mal de nadie, no sabe si en el futuro ese compañero de trabajo que no le simpatiza termine siendo su jefe.
–Hágase indispensable, ofrézcase para realizar tareas extra, váyase de último de la oficina, y no tome vacaciones hasta que se estabilice la situación, pues cualquier sustituto pudiera “serrucharle” el puesto.
–Produzca dinero fuera de su empleo formal, vendiendo tortas, bisutería, ropa, como parte de su estrategia de supervivencia económica.
–Si lo despiden, considere invertir su liquidación en un negocio propio como una franquicia, en vez de gastarlo mientras consigue nuevo trabajo
Carolina Rodríguez T.
Especial para El Universal
La institución pronostica que otras 43 millones de personas quedarán cesantes, entre 2009 y 2012, si los gobiernos retiran las medidas de estímulo económico muy rápido. En Latinoamérica y el Caribe las bajas en el mercado laboral ascienden a 2,2 millones solo en el año 2009.
Aunque en 2010 se espera mayor crecimiento económico en la región por la demanda de materias primas, el organismo reporta que el empleo no se recuperará igual de rápido, y que los desocupados seguirán rondando los 18 millones. El mercado luce muy competido para quienes introducen su currículo en esta época del año. Las empresas han optado por contratar menos cantidad, y más calidad.
Adaptación
Están buscando “trabajadores cualificados con alto grado de especialización y susceptibles de adaptarse rápidamente a los cambios.
Sobre todo si tienen que reubicarse en actividades profesionales distintas”, señala Yojana Pavón, doctora en Psicología Diferencial y del Trabajo de la Universidad Complutense de la ciudad de Madrid.
Agrega que a muchos trabajadores les ofrecerán cargos en sectores emergentes de la economía, donde no tienen mayor experiencia, y tendrán que decidir si aceptan. “Por desgracia, no se les dará la posibilidad de optar por un tiempo de reacción y reflexión”.
Amplio rango
Debido a la reducción de personal en las organizaciones, las funciones internas se redistribuyen y a un empleado le pueden tocar las tareas que realizaba algún ex compañero al que despidieron.
En las empresas hay dos tipos de quehaceres: los operativos, como tramitar permisos, elaborar cheques, sacar copias, archivar; son actividades de todos los días, que se rigen por una normativa, de acuerdo con Ángel Olivera, profesor de la especialización en Recursos Humanos de la Universidad Metropolitana. Son tareas que deben resolverse constantemente, de lo contrario es común ver su acumulación en “montañas” de papeles, volúmenes de transacciones, y “colas” de personas quejándose. Del lado del usuario, se espera una atención satisfactoria.
Por otro lado, están las actividades estratégicas, que son menos rutinarias. Por ejemplo, en un departamento de personal hacer un análisis del mercado salarial actual; en la división de caja estudiar la mejor opción para pagar a los proveedores mediante transferencia electrónica; o en una agencia bancaria determinar el grado de satisfacción del cliente.
Estas tareas no están prescritas, reguladas o estandarizadas. Según el entrevistado, se hacen cada cierto período, y requieren creatividad y reflexión.
Hoy en día, según el académico de la Unimet, el trabajador debe reunir los dos talentos, el de ser eficaz y rápido en lo operativo, y el de asumir eventualmente actividades más analíticas.
Tips de supervivencia
–Hágase visible en la empresa, si lo hace todo perfecto pero nadie se da cuenta, de nada le sirve. Puede pedirle opinión a su jefe sobre algún proyecto en el que esté trabajando.
–Desempolve su currículo, actualice su lista de contactos y revise el mercado, debe estar preparado en caso de que lo despidan.
–Aunque superiores y colegas se desesperen, mantenga la calma.
–No hable mal de nadie, no sabe si en el futuro ese compañero de trabajo que no le simpatiza termine siendo su jefe.
–Hágase indispensable, ofrézcase para realizar tareas extra, váyase de último de la oficina, y no tome vacaciones hasta que se estabilice la situación, pues cualquier sustituto pudiera “serrucharle” el puesto.
–Produzca dinero fuera de su empleo formal, vendiendo tortas, bisutería, ropa, como parte de su estrategia de supervivencia económica.
–Si lo despiden, considere invertir su liquidación en un negocio propio como una franquicia, en vez de gastarlo mientras consigue nuevo trabajo
Carolina Rodríguez T.
Especial para El Universal
No hay comentarios:
Publicar un comentario