martes, 6 de abril de 2010

El arte de renunciar


Primero debemos darle la noticia al jefe, luego a los compañeros de trabajo


No soporto a mi jefe, la compañía está entre la quiebra y la reestructuración, no me siento realizado profesionalmente, me prometieron un ascenso hace cinco años y se lo dieron al que se sienta al lado mío, y la famosa ahora sí me voy del país, son algunas razones para decir “hasta aquí llegué”. Si ya tomó la decisión de renunciar, lo primero que debe hacer es conversar con su jefe. Debe informarle que se retira, la fecha de partida y agradecerle por la oportunidad. Sólo luego de ello es que puede hablar con sus compañeros.
Si su jefe se entera por rumores, puede ofenderse y difícilmente considere hacerle una contraoferta económica, que bien pudiera convenirle. Tras la notificación verbal debe redactar una carta de renuncia “dirigida a su jefe con copia al departamento de Recursos Humanos. En la carta confirme su intención de retirarse (sin ahondar en los motivos) y la fecha del último día de trabajo”, recomienda rrhh-web.com. La carta debe tener un tono “educado y prudente”, y no caer en insultos, incluso si la razón de la renuncia es un problema personal con algún jefe o colega.
La misiva debe entregarse entre dos semanas y un mes antes de que se vaya.

Deje todo listo

Trabaje igual de duro, aunque en un mes se vaya de la empresa.
No deje asignaciones por la mitad de modo que su sustituto empiece “en limpio”. Si tiene gente bajo su supervisión, hable con ellos sobre los proyectos en curso, sus fortalezas, debilidades, y motívelos a seguir adelante. Según rrhh-web.com, es recomendable ofrecerse para entrenar a la persona que va a entrar, e incluso dejarle una guía de procedimientos. En caso de que no coincida con su sucesor, dígale a su jefe que está dispuesto a ayudar telefónicamente las dos semanas después de retirarse.
Sus superiores estarán muy agradecidos. Es una simple transacción. ¿Necesita o no salir de la empresa con una buena carta de recomendación?

Morderse la lengua

La renuncia es un proceso delicado que hiere susceptibilidades. Llévelo con discreción. No sabe si en el futuro necesite volver a la misma empresa. Hay gente que acostumbra hacer una especie de exorcismo sentimental con los colegas y decirles todo lo que piensa de ellos. Absténgase de hacer esto, sugiere rrhh-web.com.
Se aconseja no hablar de más en la fiesta de despedida, y decir adiós a clientes, proveedores y colegas en un correo electrónico “breve, amable y que no caiga en sentimentalismos”.
Ponga en orden lo relativo a su liquidación, averigüe cuál es el último día de cobertura de su seguro. Si logra extraer de su superior la frase “las puertas de esta empresa siempre estarán abiertas para usted”, puede decir que cumplió su misión. Además de una buena imagen y una carta de recomendación, procure llevarse una lista con los e-mails y teléfonos de colegas y jefes; el capital relacional es un valioso activo.

Mejor no me voy…

–Si está atravesando un momento difícil desde el punto de vista personal o familiar, mejor no cambie de trabajo porque pudiera resultar muy desgastante. Espere a que calme la tormenta y cuando esté más tranquilo dé el salto.
–Si vive en un país con crisis económica y de empleo, no es aconsejable que deje su trabajo, a menos que sea porque recibió una oferta de parte de una empresa comprobadamente sólida que no lo va a dejar en la calle un mes después.
–Si otra empresa le ofrece sueldo, condiciones de trabajo y responsabilidades similares a las que ya tiene, piénselo antes de renunciar, pues estaría dando un salto lateral, no hacia arriba.
–No renuncie solo porque otra compañía le va a pagar un poco más. Revise el historial de la misma, su solidez y las condiciones de trabajo. A veces es mejor ganar un poco menos pero estar a gusto.

Carolina Rodríguez T.
Especial para El Universal

Fuente: rrhh-web.com

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