lunes, 14 de marzo de 2011

Evitar las imprudencias

¿Qué pasa por la cabeza de aquellos individuos que mantienen conductas consideradas de riesgo al volante? ¿Por qué se comportan de forma temeraria cuando se desplazan por calles y carreteras? Un equipo de expertos en España trata de averiguarlo.

"Una persona que cruza la calle por el paso de peatones es arrollada por un conductor que se da a la fuga. Un conductor pierde la vida al perder el control de su automóvil cuando circulaba al doble de la velocidad permitida. Se salta un semáforo en rojo y se estrella contra un camión. Se sale de la carretera al intentar adelantar a otro vehículo por el lado derecho".

Noticias como éstas son habituales en los programas informativos de la televisión y en las páginas de los periódicos.

Estas plataformas también informan -afortunadamente de manera muy esporádica- sobre conductores que ejercen uno de los niveles extremos de temeridad al volante, al conducir varios kilómetros por una autovía en dirección contraria al sentido normal de circulación. Son los denominados conductores "kamikaze", que asumen una conducta considerada suicida.

A menudo, no sólo acaban con su propia existencia sino que ponen en peligro la de los demás conductores, que deben realizar maniobras arriesgadas para evitar un choque con la persona que viene de frente.

Vida real

Sin llegar a estos extremos, que casi equivalen a jugar a la ruleta rusa con el propio vehículo como arma, hay un grupo abultado de conductores que se comportan de forma temeraria, intentando emular a los pilotos de las competencias de la Fórmula 1 en las calles urbanas o carreteras regionales, o quizás conduciendo bajo los efectos del alcohol.

Ante esta situación tan común en las grandes urbes, surge la interrogante; ¿Qué es lo que cruza por la mente de estas personas?

Es justamente lo que intenta dilucidar un equipo de investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca (España).

Los participantes del programa desarrollan un proyecto de investigación destinado a analizar los procesos psicológicos que existen detrás de las actitudes de riesgo que se adoptan al conducir un vehículo.

Intentan determinar las causas de que un individuo que se encuentra al volante menosprecie las acciones arriesgadas como desplazarse a una velocidad excesiva, ingerir bebidas alcohólicas, o mostrar una inseguridad exagerada al conducir.

"La idea es analizar la parte emocional y cognitiva de las actitudes de riesgo", según el profesor de Psicología Carlos Hugo Criado del Valle, autor principal de la investigación de la Universidad de Salamanca.

Para su trabajo, los investigadores analizarán a las personas que acuden a clases en una autoescuela para reeducarse, tras haber sido penalizados por violar las normas de tráfico o conducir de forma inadecuada.

María Jesús Ribas
Efe Reportajes

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