lunes, 18 de julio de 2011

Decoración en su máxima expresión

Antes de decidirse a decorar su casa con un estilo minimalista hay que tener en cuenta que esta tendencia moderna de la estética es ideal para personas ordenadas por naturaleza, a quienes les gusta la sencillez y la sobriedad en cada espacio de su hogar o lugar de residencia.



Se basa en el precepto según el cual "menos es más"; causar el máximo efecto visual con la mínima cantidad de objetos que saturen y estresen la vista. Sin embargo, no por eso las casas minimalistas carecen de atractivo. Todo lo contrario. Al emplear meramente lo esencial para decorar, prevalecen los espacios amplios, ordenados e iluminados en medio de un ambiente de belleza, equilibrio y funcionalidad.


Armonía total

Dentro del minimalismo, todos los elementos deben combinar y formar una unidad, dando prioridad al todo sobre las partes.Plantea el uso de formas puras y simples, líneas más limpias, tonos neutros, texturas lisas y elementos naturales, así como la monocromía absoluta en los suelos, techos y paredes.Son los accesorios los que imprimen un toque de color al espacio, caracterizado por la luminosidad del blanco y todos los matices que ofrece su espectro. Pero, no todos los ambientes decorados con este estilo lucen igual. Si bien tienen características similares, cada uno tiene un aspecto individual que lo distingue.


Menos es más

Dependiendo del gusto de cada persona, y de si se desea adoptar un minimalismo radical o moderado, un espacio solo tendrá los muebles esenciales. La idea es decorar con elementos necesarios que cumplan una función.Por ejemplo, en una sala habrá solo un sofá, una mesa lateral con una lamparita o dos libros ordenados, una mesa central con una pieza decorativa en un extremo, un centro de entretenimiento sencillo, un cuadro de líneas abstractas en la pared y quizás una lámpara de pie.La habitación principal tendrá una cama, dos mesitas de noche con una lámpara de corte minimalista y un cuadro grande en la pared sobre la cama.


Tonos claros

En un ambiente minimalista prevalecen los colores puros, de tonos suaves, donde predominan el blanco y el crudo.Se pueden incorporar algunos tonos tostados, con toques sutiles de color únicamente para acentuar la frescura y luminosidad del espacio. El contraste lo aportan algunos elementos decorativos de los que no hay abusar.


Los muebles

Son sencillos y funcionales, con un diseño austero. La decoración minimalista se caracteriza porque la calidad supera la cantidad. Así que la presencia de mobiliario en las diferentes áreas de la casa se reduce a lo más esencial para el confort.


Texturas lisas

Las telas deben aportar frescura a los ambientes e invitar a la relajación. En este caso dominan las texturas lisas por lo que se deben evitar los estampados y las telas de flores.Cuando se utilizan telas rústicas es preferible usar colores como el marfil o el blanco ostra y texturas como el lino.Generalmente, se prescinde de las cortinas, pero si decide complementar un espacio con ellas, éstas deben ser blancas, de líneas rectas y simples. Tanto las cortinas como los cojines obedecen a una unidad y equilibrio.

Paredes despejadas

Están libres de adornos superfluos, si bien se puede colgar algún cuadro destacado tanto en presencia como en importancia. Una obra de un artista reconocido es un recurso excelente para este estilo.En el minimalismo predominan las paredes lisas de colores claros o revestidas con un material natural, como la piedra, como único elemento de decoración.


Un toque personal

Por crear ambientes demasiado sencillos, limpios y neutros, hay quienes pueden llegar a aburrirse del minimalismo extremo. Para lograr un efecto interesante en estos espacios, de simples volúmenes geométricos, composiciones modulares ligeras y escasos adornos, se puede incorporar color pero manteniendo la sencillez de las formas. Al combinar superficies laqueadas en tonos vivos e intensos que transmitan una sensación de fuerza y energía se va más allá del relax minimalista.Una forma de romper con tanta austeridad hasta ahora manejada en la mayoría de los espacios, es pintar una pared en un tono más alegre que el resto de la ambientación.

Si bien el blanco es el tono clásico del minimalismo, cualquier color que no estrese la vista es una opción excelente para dar vida a un espacio, como por ejemplo el azul, terracota o verde en sus diferentes tonalidades.

Igualmente, se estila usar uno o dos adornos sencillos para resaltar un ambiente en el hogar. Dos ejemplos típicos son un jarrón con unas flores de tono suave o una planta en un bol de cristal. Cualquiera sea la elección servirá para dar vida a los espacios.

Servio Viloria

Especial para El Universal


Foto cortesía

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