Para los entes multilaterales y los organismos regionales la crisis económica abrió la discusión sobre el rol que deben desempeñar las corporaciones en la sociedad y consideran que los programas de responsabilidad social deben ser asumidos por las medianas empresas ante el peso que tienen en las economías.
RSE Caracas.- La responsabilidad social se ha convertido en un elemento central en las estrategias de las empresas y en Latinoamérica cada vez son más las compañías que están asumiendo esa nueva cultura corporativa.
La crisis financiera mundial abrió la discusión sobre el papel que le corresponde a la empresa en la sociedad actual. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un informe sobre la Responsabilidad Social de la Empresa en América Latina, señala que en estos momentos se analizan las contribuciones de las organizaciones empresariales al progreso así como su potencial de hacer aportes más significativos.
Para el organismo el papel de la empresa en la sociedad va más allá de la producción de bienes y servicios que la sociedad demanda, del cumplimiento de las leyes y del pago de impuestos, tienen que existir otros roles. "La responsabilidad social empresarial es necesaria para mejorar la competitividad de las empresas y mejorar la vida de muchas personas y en situaciones económicas desfavorables aparece una oportunidad única".
Ante el nuevo entorno, el BID señala que en estos momentos las acciones en la región se están centrando en los programas sociales y en el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes), por los empleos que producen y el aporte que pueden realizar en materia de desarrollo social.
Ese apoyo a los sectores claves se refleja en los financiamientos otorgados el pasado año. El reporte del organismo, denominado Panorama de la Efectividad en el Desarrollo, señala que en la gestión pasada se afianzaron las políticas sociales y se consideraron como áreas prioritarias: la inversión en la primera infancia (salud materna y neonatal), la mejora en la calidad de las escuelas, el fomento de inclusión social y la atención para la juventud en riesgo. A esas áreas se orientaron financiamientos por 2,5 millardos de dólares.
Aunado a esas políticas sociales, el otro pilar del organismo fue el soporte a las pequeñas y medianas empresas (pymes). El Banco Interamericano considera que las pymes cumplen un rol fundamental por emplear a más de dos tercios de la fuerza laboral. "El potencial del sector en la generación de empleos productivos es crucial para comprender las perspectivas de largo plazo de elevar los estándares de vida de una manera sustentable".
Estima que el acceso insuficiente al crédito es un factor de primera importancia que perjudica el crecimiento de las pymes y por ello la intención de los financiamientos se ha orientado en mitigar el impacto de las asimetrías de información en los mercados. Para garantizar los préstamos el pasado año se crearon líneas globales de financiamiento con instituciones financieras regionales y parte de los créditos se canalizaron a través del Banco de Desarrollo Social (BNDES) de Brasil y el Banco de Comercio Exterior de Colombia.
Mayor impulso
Esa visión de que las pequeñas y medianas empresas sean las que más avancen en los programas de responsabilidad social también es compartida por la Comisión Económica para América Latina (Cepal), que a través de sus informes insta a las empresas y al Estado a impulsar más acciones sociales.
Alicia Bárcena, secretaria de la Cepal en una ponencia realizada sobre el rol de los actores en la responsabilidad social empresarial, señala que la responsabilidad social no está restringida a las grandes empresas, más del 95% de las empresas de la región son pequeñas y medianas empresas y son las que contribuyen con poco menos del 50% del PIB regional, y generan entre un 60% y 70% del empleo en los diversos países. Por ello ya no son sólo una fuente de empleo tienen un rol mayor.
El organismo en el documento La Hora de la Igualdad destaca que para el impulso de los proyectos sociales es necesario que el Estado opere como un motor de crecimiento para cerrar las brechas internas de productividad que reproducen las desigualdades. Y en ese contexto, insiste en que deben realizarse políticas públicas de desarrollo industrial, innovación tecnológica, financiamiento inclusivo para los sectores menos productivos y fomento de la pequeña y mediana empresa.
La secretaria del organismo asevera que para apoyar el desarrollo, estabilidad, productividad y rentabilidad de las pymes es necesaria una transformación institucional acompañada de una mayor prioridad fiscal. "Las pymes no son una nota al pie en la estrategia de desarrollo con igualdad, son piezas centrales y como parte de la transformación institucional se requiere a los estados de instrumentos que le permitan actuar sobre las asimetrías de los agentes en materia de acceso al crédito".
RSE Caracas.- La responsabilidad social se ha convertido en un elemento central en las estrategias de las empresas y en Latinoamérica cada vez son más las compañías que están asumiendo esa nueva cultura corporativa.
La crisis financiera mundial abrió la discusión sobre el papel que le corresponde a la empresa en la sociedad actual. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un informe sobre la Responsabilidad Social de la Empresa en América Latina, señala que en estos momentos se analizan las contribuciones de las organizaciones empresariales al progreso así como su potencial de hacer aportes más significativos.
Para el organismo el papel de la empresa en la sociedad va más allá de la producción de bienes y servicios que la sociedad demanda, del cumplimiento de las leyes y del pago de impuestos, tienen que existir otros roles. "La responsabilidad social empresarial es necesaria para mejorar la competitividad de las empresas y mejorar la vida de muchas personas y en situaciones económicas desfavorables aparece una oportunidad única".
Ante el nuevo entorno, el BID señala que en estos momentos las acciones en la región se están centrando en los programas sociales y en el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes), por los empleos que producen y el aporte que pueden realizar en materia de desarrollo social.
Ese apoyo a los sectores claves se refleja en los financiamientos otorgados el pasado año. El reporte del organismo, denominado Panorama de la Efectividad en el Desarrollo, señala que en la gestión pasada se afianzaron las políticas sociales y se consideraron como áreas prioritarias: la inversión en la primera infancia (salud materna y neonatal), la mejora en la calidad de las escuelas, el fomento de inclusión social y la atención para la juventud en riesgo. A esas áreas se orientaron financiamientos por 2,5 millardos de dólares.
Aunado a esas políticas sociales, el otro pilar del organismo fue el soporte a las pequeñas y medianas empresas (pymes). El Banco Interamericano considera que las pymes cumplen un rol fundamental por emplear a más de dos tercios de la fuerza laboral. "El potencial del sector en la generación de empleos productivos es crucial para comprender las perspectivas de largo plazo de elevar los estándares de vida de una manera sustentable".
Estima que el acceso insuficiente al crédito es un factor de primera importancia que perjudica el crecimiento de las pymes y por ello la intención de los financiamientos se ha orientado en mitigar el impacto de las asimetrías de información en los mercados. Para garantizar los préstamos el pasado año se crearon líneas globales de financiamiento con instituciones financieras regionales y parte de los créditos se canalizaron a través del Banco de Desarrollo Social (BNDES) de Brasil y el Banco de Comercio Exterior de Colombia.
Mayor impulso
Esa visión de que las pequeñas y medianas empresas sean las que más avancen en los programas de responsabilidad social también es compartida por la Comisión Económica para América Latina (Cepal), que a través de sus informes insta a las empresas y al Estado a impulsar más acciones sociales.
Alicia Bárcena, secretaria de la Cepal en una ponencia realizada sobre el rol de los actores en la responsabilidad social empresarial, señala que la responsabilidad social no está restringida a las grandes empresas, más del 95% de las empresas de la región son pequeñas y medianas empresas y son las que contribuyen con poco menos del 50% del PIB regional, y generan entre un 60% y 70% del empleo en los diversos países. Por ello ya no son sólo una fuente de empleo tienen un rol mayor.
El organismo en el documento La Hora de la Igualdad destaca que para el impulso de los proyectos sociales es necesario que el Estado opere como un motor de crecimiento para cerrar las brechas internas de productividad que reproducen las desigualdades. Y en ese contexto, insiste en que deben realizarse políticas públicas de desarrollo industrial, innovación tecnológica, financiamiento inclusivo para los sectores menos productivos y fomento de la pequeña y mediana empresa.
La secretaria del organismo asevera que para apoyar el desarrollo, estabilidad, productividad y rentabilidad de las pymes es necesaria una transformación institucional acompañada de una mayor prioridad fiscal. "Las pymes no son una nota al pie en la estrategia de desarrollo con igualdad, son piezas centrales y como parte de la transformación institucional se requiere a los estados de instrumentos que le permitan actuar sobre las asimetrías de los agentes en materia de acceso al crédito".
El desarrollo social recae en las Pymes - El Universal
Mayela Armas H.
EL UNIVERSAL