lunes, 8 de agosto de 2011

Los Líderes y el poder

Las personas no nacen con esta habilidad, pero se aprende en el camino. En tiempos turbulentos, donde los yacimientos de las sociedades y organizaciones parecen estar resquebrajándose a raíz de la crisis económica y la convulsión social, la búsqueda de líderes se hace más necesaria que nunca.

Los ciudadanos de un país y empleados de organizaciones necesitan encontrar a alguien que los guíe y les haga ver que sí hay una luz al final de este túnel, hoy aparentemente sin salida.

El liderazgo es una cualidad que no todos los individuos llevan consigo y que muchos pueden llegar a considerar un don preciado. Los líderes se caracterizan por persuadir a grandes audiencias a través de un discurso altamente influyente y potente, que suelen combinarlo con sus experiencias de vida para dotarlo de una mayor credibilidad. Para ser un buen líder, se requiere poseer una serie de cualidades: facilidad de palabra, capacidad de entendimiento a los que le rodean y habilidad para enfrentarse a asuntos, preguntas y problemas importantes de la sociedad y de la época.

Evolución del liderazgo


En nuestra era, el personaje que mejor ejemplifica estos rasgos es Nelson Mandela. Sin embargo, en otras sociedades y otros tiempos, estas percepciones podrían haber cambiado.


Howard Gardner, catedrático de la Escuela Superior de Educación de la Universidad de Harvard, toma como ejemplo a Stalin, un estratega brillante en mantenerse en el poder a costa de secretismo, paranoia.

Esto deja en evidencia que el perfil de un líder cambia con el paso del tiempo. Es más, los seguidores, en la actualidad, cuentan con recursos tecnológicos, como la televisión y sitios en Internet, como YouTube, que permiten criticarlos de forma directa. Ahora bien, todos nos preguntamos de dónde provienen esos rasgos del liderazgo. Por un lado, expertos coinciden en que los líderes surgen de las circunstancias o son el producto de un largo entrenamiento. Otros, en que la genética influye, en parte.

Deseo por sobresalir


"Cualquier persona puede aprender a ser líder. Así lo indica Susana Domingo, directora regional del Centro para el Liderazgo Creativo (CCL, por sus siglas en inglés). No todas las personas que participan en programas para el desarrollo del liderazgo logran convertirse en verdaderos líderes, ya que primero necesitan estar dispuestos a aprender y a involucrarse en actividades que les permitan fortalecer las cualidades de liderazgo. Además, se requiere "tener un fuerte deseo por sobresalir, la convicción de que se pueden aprender nuevas habilidades y destrezas, el compromiso personal de un aprendizaje continúo y una práctica deliberada", apunta James Kouzes, escritor, conferencista y catedrático de la Escuela de Negocios Leavey, de la Universidad de Santa Clara, California.


Para ser buenos líderes, también es necesario fomentar la credibilidad, autoconocimiento y la determinación para inspirar a otros, afrontar retos, buscar nuevas oportunidades. Los auténticos líderes son las personas más representativas dentro del grupo que lideran, y que traducen en sus comportamientos aquellas características que los demás consideran ideales", precisa Susana Domingo.

Inteligencia emocional


-Los líderes que cuentan con una buena capacidad de relación personal, que pueden motivar e inspirar a los demás y que pueden reconocer, entender y gestionar sus propias emociones y las de los demás, tienen una ventaja considerable sobre los otros. Algunos expertos sostienen que la clave para un buen equipo de liderazgo radica en combinar las capacidades cognitivas con la inteligencia emocional y social. De hecho, han existido equipos de trabajo muy eficientes, en donde unas personas tienen un poder analítico mayor, y otras son mejores comunicándose o entendiendo las necesidades de la gente.


-Una vez digeridas las cualidades necesarias para ser un buen líder, a muchos les surgirá la duda de por qué, en medio de tiempos de crisis, no ha surgido la figura de un líder que proponga ideas prometedoras, no solo para recuperar la golpeada economía mundial, sino también para mejorar las relaciones internacionales. Al preguntarles esto a los expertos, ellos sugieren que los líderes de hoy deben trabajar en recuperar la confianza y la credibilidad en medio de un clima de incertidumbre y desarrollar una perspectiva a largo plazo, con miras a un mañana mejor y hacer sentir a los seguidores parte de esa fórmula.


Karina Gómez Pernas/Efe Reportajes

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