martes, 2 de octubre de 2012

Un escarabajo con historia


Volkswagen ha viajado en la máquina del tiempo hacia un pasado histórico marcado por su modelo Beetle o Escarabajo. Lo hizo en 1998 con la segunda generación de un modelo que quedó marcado como uno de los referentes del automóvil en el siglo XX y en las más de 21 millones de unidades que vendió en los cinco continentes. Ahora lo ha hace con más rigor, en una tercera generación más fiel -en formas- al modelo original que el predecesor. Y empieza la nueva historia con el propio nombre: Beettle, sin calificativos novedosos, para decir sin confusiones que este Escarabajo es una evolución más apegada a la historia.

Hay que empezar este rigor histórico por el exterior, donde se aprecia una modificación sustancial de medidas, traducidas en 15 centímetros más de longitud y 8 de anchura; a cambio se rebaja la altura 1,2.

Sobre la base de estas renovadas dimensiones se ha facilitado un maletero que gana 100 litros sobre el del 

New Beetle. 
Aún con estos cambios es difícil encuadrar al Beettle en un formato de segmento, pues ha retomado con bastante exactitud la filosofía del mito lanzado hace casi tres cuartas partes de siglo, de ahí que se quede en solitario en la oferta automovilística sin una competencia definida y directa.

Por donde le mire este Beetle evoca con mucha solvencia al primer Escarabajo. El frontal retoma un capó más largo, extendido, y luego en su final, con pronunciada caída, así como un parabrisas inclinado y unos faros circulares de considerable diámetro que hoy se adaptan a los tiempos con un semicírculo de luces LED de día.

La mirada lateral se posa en el arco que conforma la zona acristalada de las ventanillas entre los pilares A y C, la limpieza de las puertas, los pasos de rueda protuberantes y la talonera cromada, como recurso contemporáneo a la de goma del modelo clásico.

La vista se posa en unos tapacubos metálicos con el logotipo de la marca en el centro, casi idénticos, por no decir idénticos del todo, a los de la versión histórica. Esta concesión es opcional, pues dicho componente de serie adopta la forma más actual de las llantas multirradio.

Atrás domina la caída del portón y una ventanilla trasera grande, con unas defensas musculosas que le dan una configuración más aguerrida y viril que el anterior. La apertura del portón se esconde en el logotipo de la marca y rompe la identidad de formas de la zona con la ausencia del pico en el centro que servía de lámpara de iluminación a la matrícula.

Si la huella del gran Escarabajo está presente en esa visión exterior, dentro del coche también domina ese estilo "vintage", fiel reflejo de que el fabricante de Wolfsburgo ha jugado con un clasicismo modernista en esta tercera generación del modelo.

La fidelidad al modelo original se detecta principalmente en el salpicadero.

Allí el elemento más comprometido con ese pasado es una guantera que se abre de abajo a arriba como en el Escarabajo que aún se mantiene en la vista y en el recuerdo. Los paneles del salpicadero están lacados en el color de la carrocería o en una imitación de fibra de carbono, en función del nivel de equipamiento. Hay mucho contenido "retro" en esta zona, lo mismo que el retorno al recurso de las gomas enlazadas, como fórmula de agarradera para los pasajeros durante la marcha, situados a ambos lados entre filas.

El Beetle de ahora mismo juega a la plena actualidad con un volante de tres radios, de una concepción clásica, pero con la concesión de la zona plana en la parte de abajo. Los relojes son también modernos y con los dígitos grandes para facilitar su lectura. 

El habitáculo es cómodo. El asiento del conductor ofrece una buena posición de conducción a la par que recoge a afirma bien la zona lumbar. La separación entre  las filas de asientos deja en posición relajada y amplia a los ocupantes de atrás, donde pueden  estar perfectamente erguidos.



  • Motor. Delantero, transversal. 4 en línea (16 válvulas). Inyección directa diesel por conducto común con turbo de geometría variable e intercooler
  • Potencia. 105 CV a 4.400 rpm
  • Cilindrada. 1.598 cc
  • Velocidad máxima. 180 km/h
  • Transmisión. Manual de cinco velocidades
  • Dirección. Electromecánica, servoasistida
  • Suspensión. Delantera tipo McPherson con resortes helicoidales y amortiguadores telescópicos. Trasera eje rígido
  • Frenos. Delanteros de discos ventilados, traseros de discos
  • Otros. Sistemas de frenado ABS con EBD; sistema de control de estabilidad, airbags frontales, laterales y de cortina



Ángel Alonso/Efe Reportajes

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