Crear espacios inspirados en la filosofía zen no es convertir la casa en un spa o resort de lujo que evoque una sensación de relajación.
Es aprovechar los elementos de la decoración para hacer de nuestro hogar un lugar que invite a la tranquilidad.
No se trata de una tendencia de diseño de interiores carente de sentido estético. Se basa en el uso de colores suaves, elementos naturales y formas simples en un ambiente cálido y acogedor, decorado sin exceso de muebles y ornamentos, donde podamos desconectarnos del estrés del mundo exterior y conectarnos con nosotros mismos.
Paleta de colores
Los ambientes decorados al estilo zen destacan por la escogencia de colores naturales de tonalidades suaves que reflejen amplitud y sobriedad, al igual que el minimalismo, sólo que sin recurrir al uso de colores oscuros.
Las distintas gamas de blanco y beige para las paredes se combinan con ocres, grises y algunos verdes y colores tierra en sus tonos más suaves para crear una atmósfera de paz interior que nos transporte mentalmente a lugares de quietud absoluta.
A fin de avivar un poco los espacios, se puede incluir algún complemento como un jarrón u otro objeto decorativo pequeño que tenga un toque ligero de un color diferente.
Materiales naturales
La tendencia es usar materiales en su estado natural o poco tratados industrialmente como madera, piedra, barro cocido y algunos tejidos o fibras naturales.
Las maderas, particularmente de bambú y de haya, son muy usadas en pisos y muebles.
Se da preferencia a la piedra en lugar de la cerámica tradicional como revestimiento para las paredes de los baños y otras áreas de la casa.
Uno de los elementos esenciales de la decoración zen son las cortinas, que dan la sensación de intimidad y también ayudan a disminuir el ruido procedente del exterior además de bloquear las corrientes de aire.
Las telas elaboradas en lino o algodón cien por cien natural son las aliadas perfectas, pues aportan calidez y frescura al ambiente de espacios tan importantes como el recibo y la sala.
Decoración sobria
Los muebles deben ser sencillos en las líneas de diseño, con formas puras y rectas; evitando las curvas y los detalles innecesarios. Deben transmitir comodidad y preferiblemente estar fabricados con materiales naturales, que produzcan una sensación de calidez y relajación.
La simplicidad también debe ser la norma al momento de decorar. Para mantener un estilo sencillo, conviene no sobrecargar los espacios con adornos. Las pinturas muy coloridas y los cuadros con marcos ostentosos no encajan en él. Deben estar a tono con la decoración, y no más de dos por área.
Iluminación sutil
En toda decoración zen la iluminación debe ser suave e indirecta, de modo que cree un ambiente relajado, propicio para la tranquilidad y el descanso.
La idea es evitar proyectar una luz directa muy fuerte desde el techo, reemplazándola por varias fuentes de luz. Deben poder regularse, a fin de controlar la intensidad y adaptarla al espacio, dependiendo de la hora del día y las actividades a realizarse.
Para ello, conviene aprovechar todas las posibilidades de combinación, como una lámpara de pie, una de mesa y la luz natural de las velas.
Elementos zen
Para lograr el ambiente zen perfecto, es fundamental que en el hogar estén presentes el agua, el fuego, la tierra, el metal y la madera.
Si bien son elementos tradicionales que utilizan varias tradiciones orientales, generalmente se incorporan en la decoración para dar un aspecto zen a nuestros espacios.
El fuego puede estar representado por una chimenea o sencillamente por un lindo juego de velas en el tamaño de preferencia.
La tierra incluye tanto las piedras como las plantas. Podemos integrar el agua mediante jarrones de cristal con una planta acuática o, incluso, un arreglo que tenga una pequeña fuente.
La madera está presente en los muebles y otros ornamentos elaborados a base de este elemento, mientras que el metal puede manifestarse mediante algunas esculturas.
Pero recuerde no recargar los espacios con demasiados objetos a la vez y mantener siempre la sobriedad.
Verdor de la naturaleza
Colocar plantas dentro de la casa es una manera de crear el ambiente zen deseado. Además del oxígeno que suministran, el color verde produce un efecto calmante en las personas.
El simple hecho de contemplar una planta frondosa genera una sensación de relajación en el observador.
Asegúrese de usar plantas para interiores como los bonsáis. Estos árboles miniatura son especialmente indicados y sirven como centro de mesa. Son el foco de atención.
Servio Viloria
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