lunes, 2 de noviembre de 2009

La personalidad freelance

Ante esta modalidad hay que preguntarse si somos compatibles con la oficina en casa

He debido comenzar este artículo dos semanas antes de cuando me senté a escribir. No podía dejar otro proyecto bastante largo para ponerme a hacer llamadas para este trabajo. Necesitaría un buen gerente que me estimulara a cumplir mi agenda, pero mi jefe… bueno, ella es una señora agradable, aunque puede ser excesivamente indulgente e ineficiente. Lo bueno es que puedo insultarla en público sin preocuparme por perder mi empleo. Verán, soy una escritora freelance. Mi jefe soy yo.
Los trabajadores independientes de toda clase –diseñadores, asesores, programadores, terapeutas– enfrentan el desafío de administrar su tiempo juiciosamente. Muchos nos independizamos justamente porque no soportamos la idea de que otros nos impongan un horario. Trabajamos mejor cuando estamos libres de interferencias, normas de oficina y dependencia de los compañeros de trabajo. Tenemos el espíritu del artista solitario. Ello no significa que no tengamos que cultivar ciertos rasgos favorables para el trabajo autónomo.
Algunas personas sencillamente no están hechas para esta clase de trabajo. Y otras deberían considerar los desafíos que enfrentarán.
El rasgo más importante que debería tener o estar dispuesto a mejorar es la confianza, señala el psicólogo Daniel Fisher. La confianza en sí mismo es vital para una actividad crucial: la autopromoción.
“A menos que convenza a los demás de que vale la pena contratarle, no conseguirá suficiente trabajo para mantenerse”, dice Pamela Slim, asesora y autora de Escape from Cubicle Nation (Escape de la nación cubículo).
Casi igualmente importante es la capacidad para bloquear las distracciones. Mientras escribo esta línea, varios competidores rivalizan por captar mi atención: Hay varios platos sucios en el fregadero; mi madre acaba de llamar para preguntar por qué no la visito más frecuentemente dado que no tengo un empleo”.

Si usted difiere sus tareas…
En casa, la gente que suele postergar las tareas no tendrá reuniones de seguimiento que les impidan diferir los proyectos. Tim Pychyl, profesor de Psicología de Carleton University, no cree que deban descartar el trabajo independiente. “De hecho, podría ser la cura definitiva para esta clase de personas. Cuando tenemos autonomía y hacemos cosas con significado para nosotros, tenemos más probabilidades de terminar el trabajo”.
A fin de evitar el autosabotaje, los trabajadores independientes que suelen postergar las cosas deben identificar sus miedos, dice la asesora Jane Burka. Quizás sienta temor porque el proyecto es muy difícil y le avergüenza pedir ayuda.
Traducción José Peralta


Cómo mandarse a sí mismo
–Busque ayuda. Usted puede ser brillante como persona de ideas o como artesano, pero si llevar la contabilidad o establecer contactos con clientes no es su fuerte, contrate a expertos. Si está corto de dinero, busque a un ambicioso estudiante que le ayude por una módica tarifa.
–Resista. Ahora la responsabilidad es suya, por lo que Tim Pychyl recomienda que se rehúse “a renunciar para sentirse bien” cuando enfrente una tarea espantosa.
–“Evite la gratificación instantánea; esta estrategia puede hundirlo cuando se sienta estancado”.
–Mida su tiempo. Si siente ansiedad, pero es improductivo, escoja una tarea que se pueda terminar en 15 minutos.
–Para manejar mejor sus fechas de entrega, calcule cuánto tiempo le llevará un trabajo y luego registre escrupulosamente cuánto le tomó realmente. Aprenda de la diferencia.


Amy Rosemberg
Psychology Today

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