lunes, 21 de marzo de 2011

Habitación en total armonía

Colores, texturas y objetos diferentes pueden aumentar la productividad en los pequeños.

Comodidad, iluminación adecuada, ventilación óptima, armonía, son algunos de los beneficios que se logra en los espacios del hogar al aplicar el feng shui. La cocina, el baño y, sobre todo el dormitorio, se convierten en estancias con vibraciones positivas donde todos quieren permanecer por más tiempo.

En el caso de la habitación de los niños, para ellos es algo así como su rincón especial, su santuario; donde pueden dormir pero también jugar, crear situaciones e historias, compartir con los hermanos o amigos, echar a volar su imaginación. Allí también aplican los preceptos del feng shui para lograr el óptimo aprovechamiento de cada actividad en total armonía.

¡A saltar sobre la cama!

Una de las más divertidas travesuras de los pequeños. Sin embargo, no contemplan el hecho de que pueden rebotar fuera del colchón y caer al piso, con la consabida lesión por el golpe.

Para evitar esto, ya que no dejarán de saltar sobre el colchón, puede escoger una cama matrimonial en lugar de una individual. Esto les brindará más espacio para sus saltos y seguridad al momento de dejarse caer.

Al momento de amoblar el cuarto de los niños piense en su seguridad, confort y diversión. Elija una cama de bases fuertes y sólidas, no demasiado angostas y de cantos redondeados que harán que todos están más felices.

Edad de garabatear

Cuando comienzan la escuela y sus habilidades con el lápiz y el creyón se empiezan a afianzar, es mejor tenerle destinado un espacio para sus dibujos y garabatos. De lo contrario, comenzarán a aparecer rayones y figuritas en todas las paredes de la casa. Si no quiere estar retocando la pintura a cada momento, prepárele un espacio en su habitación (también puede ser la cocina o la sala) donde pueda dibujar, pintar, esbozar el alfabeto, crear con colores y sentirse libre.

Esta forma de expresarse a través de dibujos en la pared, una cartelera, papel pegado a la pared, fortalecen la identificación de los niños con el espacio así como los lazos familiares.

Seguridad

Se logra al utilizar materiales preferiblemente naturales y sanos como la madera, pintura libre de aroma (prefiera la pintura de agua) y evitar los barnices.

Además, es recomendable mantener el orden y la higiene en el lugar, no dejar objetos aglomerados en rincones, ventilar diariamente la habitación. Esto redundará en una atmósfera sana, libre de gases contaminantes o residuos que afecten la salud de los niños.

Cero distracción

Las ventanas son necesarias para la circulación del aire. Pero, de acuerdo con una regla antigua del feng shui, las ventanas grandes hacen niños indisciplinados, ya que es fuente de distracción. Al tenerla en frente no pueden evitar ponerse a mirar todo lo que se mueve o sucede afuera. Los padres deben vigilar que el sitio de estudio de los niños no esté frente a una ventana muy grande ni de espaldas a la puerta. Como paliativo puede colocar unas cortinas y espejos en el espacio.

Otros aspectos importantes

El estudio. Lo ideal es que el lugar de estudio se encuentre separado del lugar de juego y de descanso. Si esto no es posible, hay que procurar una separación "virtual". ¿Cómo puede lograrse? Utilizando un color distinto para el lugar de trabajo. Los tonos pastel son perfectos para la calma y concentración. Se ha demostrado que los niños aumentan su rendimiento en un entorno con variedad de colores. Por otro lado, se deben evitar los colores neutros, como blanco, negro y el marrón. Igualmente, se debe disponer un espacio para recoger todos los libros e implementos de estudio al terminar la tarea.

La iluminación. De acuerdo con el feng shui, el cuarto de los niños debe mirar al Este, la dirección del elemento madera y del crecimiento; por supuesto, con abundante luz natural. Si esto no es posible entonces recurra a la imaginación: coloque un hermoso sol radiante, para compensar la restricción en cuanto a la posición del cuarto. Con respecto a la luz artificial, es recomendable que la habitación del niño tenga dos fuentes: la primera más o menos intensa (evitar tubos fluorescentes) y la segunda más suave para las horas vespertinas. Para inducir el sueño puede colorar bombillos de tono pastel en la pared.

Por Marilin Pino A.
El Universal

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