Las personas de edad avanzada quienes aún pueden conducir un auto no necesariamente representan una amenaza en una autopista. Por lo general, son personas que conocen sus limitaciones y se esfuerzan por seguir las reglas de seguridad vial.
Sin embargo, hasta el conductor más experimentado puede tener un accidente de tránsito, que en muchos casos puede llegar a ser fatal cuando hay factores que afectan sus sentidos y sano juicio.
Al manejar hay que prestar atención a las señales de tránsito y las condiciones de la vía, y una persona mayor de 70 años puede constituir un riesgo para sí misma, para otros conductores e incluso para los peatones si sus facultades tanto físicas como mentales no están en las mejores condiciones.
El paso de la edad
El peligro es que ya no sepan manejarse bien en situaciones de tráfico. Pueden pasarse la luz roja del semáforo fácilmente, frenar muy cerca al auto que está delante y girar en "U" donde no deben. Sus reflejos, que son cada vez más lentos, no las ayudan. Muchas tienen problemas de visión como catarata, degeneración macular o incluso glaucoma. La retina es más sensible a la luz y la visión periférica es cada vez más estrecha.
El sentido de audición es más importante para conducir de lo que muchos piensan. Puede advertir a un conductor de señales de peligro como cornetas, sirenas o, incluso, un frenazo. Hay situaciones en las que alguien puede oír un carro, pero no puede verlo a causa de un ángulo muerto. Es por eso que las personas mayores con problemas de audición no pueden estar plenamente alertas a lo que sucede a su alrededor en una calle o autopista.
Algunas enfermedades autoinmunitarias, como la artritis reumatoidea, que afecta las articulaciones, también pueden disminuir su habilidad para maniobrar un auto adecuadamente.
Efecto de los medicamentos
Muchas personas de edad avanzada toman fármacos que pueden interactuar entre sí y causar mareo, somnolencia, distracción o desorientación.
Dado que los efectos secundarios de algunos a menudo son peores en los primeros días en que se toman, deben evitar salir en el carro hasta saber exactamente cómo los afecta el medicamento o hacerlo una vez que hayan pasado los efectos.
Algunas medicinas prescritas para tratar la ansiedad y el insomnio pueden ponerlas en un riesgo mayor de verse involucradas en un accidente de tránsito.
Señales de alerta
Hay varios indicadores que nos advierten que una persona mayor ya no está en condiciones de manejar un auto apropiadamente. Por ejemplo, pasarse de un canal a otro constantemente o manejar por el hombrillo. También, cruzar a la derecha cuando deben hacerlo a la izquierda o dificultad para leer las señales de tránsito. Dificultad para seguir direcciones, confundir el pedal del acelerador con el del freno.
Si bien para ellas perder el privilegio de conducir libremente significa depender de los demás, sentirse atrapadas y perder el control y la espontaneidad en la vida, es preocupante el hecho de que si se las deja seguir manejando sin que se tomen las debidas precauciones puedan resultar gravemente heridas en un accidente vial.
Entrar en razón
Es preciso hacerles comprender que ya puede ser un gran riesgo que continúen conduciendo el carro solos, pero hay que hacerlo con mucho tacto y diplomacia.
La primera reacción puede ser una negativa de parte del conductor. Esto sucede porque cuando comienzan a darse cuenta de que sus sentidos no son tan agudos como antes, se activa su mecanismo de defensa.
Normalmente, no quieren admitir que se les están olvidando las cosas y que ya no ven con la misma nitidez.
Una manera de evitar que usen el auto es ofrecerles llevarlos a los lugares donde necesiten ir, como el supermercado, las consultas médicas o simplemente a visitar un amigo o pariente, con mucha amabilidad y amor.
Si se empecinan en querer seguir manejando, recomienden que limiten el uso del carro a las horas del día y únicamente a lugares y rutas conocidas. Recuérdenles que nunca deben salir sin los lentes y un teléfono celular para cualquier caso de emergencia.
Cualquiera puede perderse en la calle, pero al caer la noche hay más probabilidades de que esto suceda si ya no se tiene la misma habilidad que antes de ver entornos que están en bajos niveles de iluminación.
Otra opción es que alguien los acompañe cuando quieran salir en el auto. En esos casos, es preferible evitar ruidos innecesarios como música en alto volumen y conversaciones a fin de que no se distraigan.
Lo que antes no representaba un problema, durante la vejez puede impedir que la persona concentre toda la atención en la vía al conducir.
Servio Viloria
Especial para El Universal
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