Los rascacielos ponen cara a las ciudades más pobladas y ricas de la Tierra. Como una caza al tesoro, las mayores potencias se disputan el récord de altura de las torres. Hoy gana el Burj Khalifa (Dubai), con 828 metros pero ingenieros y arquitectos ya buscan mayores retos.
La torre más alta del mundo está en Dubai (Emiratos Árabes) y mide 828 metros. El Burj Khalifa, que es como se denomina, fue diseñado por el arquitecto Adrian Smith, quien se inspiró en los patrones de la arquitectura islámica tradicional (forma de Y que culmina en una estructural de aguja), y en la flor regional del desierto, la "hymenocallis", para crear la estética del edificio, según datos de la web oficial de esta construcción.
El primer rascacielos, atendiendo a los parámetros modernos, fue el Park Row Building, construido en 1899 en la ciudad de Nueva York (EE.UU.). Desde entonces las ciudades más pobladas del globo han compartido y desarrollado conocimientos para aumentar la altura de los edificios, como símbolo de modernismo y poder económico. Hong Kong (China) cuenta hoy con ocho mil rascacielos y se coloca como la ciudad más abundante en este tipo de edificaciones.
Las cinco torres más altas del ranking realizado por RTVE (radio televisión española) son, empezando con la más reciente: el Burj Khalifa (Emiratos Árabes), de 828 metros; el Taipei 101 (Taiwán), de 509; el Centro Financiero Mundial (Shanghai), de 492; el Centro de Comercio Internacional (Hong Kong), de 483; y las Torres Petronas (Malasia), con 452.
Requisitos para el negocio
"Ciñéndose a la legislación vigente y respetando las limitaciones de su localización de forma exclusiva, una torre puede generar más lucros que una edificación horizontal", afirma André Vieira, arquitecto de Aflalo&Gasperini, la empresa brasileña que diseñó, entre otras, la Ventura Corporate Towers en Río de Janeiro.
El arquitecto explica que, "para que el proyecto sea viable, la aprobación de la parte económica es indispensable, así como la rentabilidad deseada por el cliente por la venta o alquiler del terreno, siendo también muy importantes la calidad arquitectónica del proyecto y la aprobación legal de los organismos responsables".
"Una construcción civil de tal envergadura -explica la ingeniera de construcción de la fachada de la Torre Iberdrola en Bilbao (España) de 165 metros de altura, en 2010, Anabel Rosa Rubio- se enfrenta a unas condiciones de viento dos o tres veces superior a las de un edificio convencional, es menos resistente a posibles terremotos y, en caso de incendio, el fuego se propaga más rápido".
Seguridad y confort
Para que la torre sea fácilmente detectada por los aviones se instalan unas balizas aéreas especiales. Se requieren los mejores materiales, las tecnologías más avanzadas, costosas y que ofrezcan mejor imagen, como las que tienen los materiales ecológicos, y las instalaciones deben ser más potentes (ascensores, bombas de agua, grúas. Alcanzar el record mundial en altura no sólo depende de acuerdos económicos y legales. Tomar medidas de seguridad adecuadas, en estos casos, es cuestión de vida o muerte, y supone una gran dificultad mantener la funcionalidad del edificio sin perder en calidad estética.
Rocío Rosa Rubio/Efe Reportajes