lunes, 20 de junio de 2011

Generación X toma el timón

Las empresas serán dirigidas por líderes más rebeldes frente al "status quo".

Una nueva camada de líderes está a punto de tomar control en las empresas, y desde ya irradian toda una nueva mentalidad. Hasta ahora estaban al mando los llamados baby boomers, nacidos entre los años 1946 y 1960, durante el auge de natalidad que siguió a la II Guerra Mundial, pero estos ya están de retirada.


Ya llegó el relevo, la plana mayor corporativa será ocupada por miembros de la generación X, nacidos entre 1961 y 1981, y que ya están en edad de ser jefes, refiere un análisis del Harvard Business Review (mayo, 2010).
Contrario a los baby boomers, acostumbrados a operar según una serie de prácticas estándar, y casi dogmáticas, la generación X es más abierta a la diversidad de criterios, contestataria ante el status quo y en vez de seguir patrones tiende a buscar su propio camino. Es la generación del punk, el grunge, de Billy Idol y Kurt Cobain.


Trasfondo
Los baby boomers nacieron en un mundo muy pequeño para ellos, eran muchos, y la infraestructura educativa, industrial y hasta empresarial era insuficiente. Tuvieron que competir por cada puesto, cada logro. Para ellos ganar es muy importante. Por su parte, la generación X nació en una época de incertidumbre económica, reestructuración corporativa y cambio social. Se descubre el Sida, cae el muro de Berlín, y explota el auge del consumismo.

Antes de 1981 la palabra despido, en el sentido de separación definitiva de un trabajo sin posibilidad de reenganche, casi no se escuchaba, al punto que el US Bureau of Labor Statistics ni siquiera monitoreaba este indicador. El apego psicológico empresa-empleado se rompió en estos años, como una mujer divorciada que tras conocer el engaño ya no confía.

Empleados
A este relevo de ejecutivos anti-establishment les tocará lidiar con la generación Y, o millennials, nacidos entre 1977 y 1997, que en cuatro años constituirán la mitad de la fuerza laboral en todo el mundo, señala HBR. Son los hermanitos menores de quienes conforman la generación X. En algunas compañías ya son mayoría.

Los millennials son “esponjas de atención”, que esperan una retroalimentación constante de sus jefes, bajo la premisa de alcanzar el éxito rápido.

Ellos ven el trabajo como una parte integral de la vida, no como una actividad separada que necesita ser balanceada con la esfera personal, por ello buscan un empleo que les permita autorrealizarse, hacer nuevas amistades, aprender nuevas capacidades, y conectarse con un propósito mayor, según un sondeo de HBR.

La sensación de servir a un objetivo noble es clave para los millennials. Son la generación socialmente más responsable desde los años 60.

La generación "Y" pone grandes expectativas en su empleador, pero también se colocan la barra alta a ellos mismos. Son jóvenes que hicieron esfuerzos extraordinarios para llegar a las buenas universidades, conscientes de la escasez de cupos, tienen fuertes inclinaciones hacia el servicio comunitario, y por la estrechez del mercado laboral, ya están mentalizados a trabajar de más para ser los elegidos.

La generación Y
-Los millennials están más compenetrados con la era digital y solo en Estados Unidos suman 88 millones de personas, mientras la generación X es menos populosa al agrupar a unas 50 millones. -La generación Y espera de sus jefes y superiores: horarios flexibles, feedback directo, asesoría profesional, patrocinio para programas de formación, además de ayuda para perfilar la carrera a futuro. -Esta camada de trabajadores quiere aprender habilidades técnicas en su área de desempeño, tener mayor conocimiento funcional acerca de su industria, manejar estrategias de creatividad e innovación, formarse para ser líderes, además de saber gerenciar su propia productividad. -Estos jóvenes esperan que la compañía para la que trabajan tenga visión a futuro e invierta en la formación de los empleados, tenga valores sólidos, les dibuje un camino de ascenso profesional, les permita mezclar lo laboral y lo personal, y ofrezca opciones personalizables en cuanto a los beneficios y paquetes de pago.

Fuente: Harvard Business Review
Carolina Rodríguez T.
Especial para El Universal

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