Más controles legales, trámites engorrosos y estatizaciones no detienen las iniciativas de nuevos negocios en el país.Expropiaciones, estatizaciones y mayores controles por parte del Estado serían suficientes razones para coartar las intenciones de emprendimiento de los venezolanos y, sin embargo, no hay freno para las iniciativas, lo que por años ha permitido que el país se sitúe entre los primeros del mundo en esta materia.
En la realidad del mercado laboral de Venezuela está la explicación a ello. De acuerdo a los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadistica (INE), más de un tercio de los trabajadores laboran por cuenta propia, lo que significa que 3,9 millones de personas se destacan por su independencia a la hora de trabajar y, por ende, por su capacidad emprendedora.
Pero ¿esto significa que las iniciativas prosperan? Los propios datos oficiales confirman que sí, que las posibilidades de montar un pequeño negocio están en una etapa próspera, tras varios semestres en los que la crisis económica acabó con las ideas de negocios que producían los actores económicos más pequeños.
El INE reportó que en el último año el número de microempresarios aumentó 2,2% en un año, un porcentaje modesto en un país donde las expansiones suelen ser más amplias en las épocas de crecimiento de la economía, pero que representa una recuperación tras los años de la crisis.
En total, el organismo oficial destacó que hasta julio de este año se contaban 310.087 empleadores de empresas con menos de cinco trabajadores en sus nóminas, es decir, pequeños emprendimientos. Fueron 6.781 microempresarios más entre julio de 2010 e igual mes de este año.
Sin embargo, Venezuela es uno de los países donde se presentan las mayores dificultades a la hora de iniciar un negocio. De acuerdo a los datos que maneja el Banco Mundial para este año, la nación ocupa el lugar 172 entre 183 naciones analizadas en un ranking que determina en qué lugares del mundo existen más facilidades para hacer negocios.
Las dificultades que enfrentan los emprendedores locales son amplias. Para empezar, la cantidad de trámites que deben hacerse y el tiempo que llevan son mucho más extensos que en los países desarrollados e, incluso, que en América Latina. Según el estudio, en Venezuela hay que realizar 17 procedimientos legales que se desarrollan en 141 días para poder abrir un negocio. En la región latinoamericana son suficientes 9 trámites en 57 días, mientras que en las naciones desarrolladas son 5 procedimientos en 14 días.
No luce natural que los niveles de emprendimiento en el país sean tan elevados y que la creación de microempresas haya cogido vuelo nuevamente. Los datos del Banco Mundial dan en el clavo cuando precisan que, a diferencia de otras regiones, no existen exigencias de capitales mínimos pagados ante un banco o ante un notario para inscribir un negocio en el país, lo que le abre las puertas a los más débiles de la pirámide: Los emprendedores.
Pero la situación política también es un factor que en los últimos años ha adquirido un peso cada vez mayor a la hora de pensar en un nuevo negocio. El proceso de expropiaciones que ha llevado a cabo el Gobierno desde el año 2005 se ha llevado por delante a cientos de establecimientos, y no todos han sido grandes y medianas empresas. De acuerdo a los números que maneja Conindustria, solo en lo que va de año se han expropiado 401 empresas.
Los blancos favoritos del Ejecutivo han sido industrias y tierras para el cultivo agrícola. En todo caso, aunque el Gobierno ha adecuado leyes para ampliar el universo de sectores expropiables, representantes del oficialismo han señalado que el objetivo es replantear el papel de la gran industria dentro de la economía, y que la lucha no implica neutralizar a los emprendedores y a los microempresarios, sino a los grandes empresarios, según expresó hace unos meses el diputado Jesús Farías.
Suhelis Tejero Puentes
Artículo publicado en www.eluniversal.com
