lunes, 19 de septiembre de 2011

Tomar un año sabático

Significa hacer una paréntesis en su actividad y probar cosas nuevas

No busque excusas en la crisis mundial, ni en las ataduras de su trabajo, ni en sus vínculos familiares. ¿Por qué no cerrar su agenda, apagar el computador y pasarse un tiempo sin abrir el correo electrónico y sin sufrir el drama de los lunes? Parece un sueño inalcanzable pero no está tan lejos de la realidad, aunque en estos tiempos sea un privilegio al alcance de muy pocos. Pero no se trata de dar una vuelta al mundo, pasarse días frente al mar o navegar sin rumbo, sino de emplear bien ese tiempo y reforzar la formación de cada uno.

Quizá le sugiera hacer las maletas y participar en un programa de conservación de tortugas marinas en Costa Rica; cuidar de niños en granjas de Irlanda o conocer la vida de los rancheros australianos.

Tampoco estaría mal colaborar en plantaciones agrícolas en Noruega mientras estudia inglés; vendimiar en Estados Unidos o participar en un curso culinario en India.

Pero si sus inquietudes pasan por ayudar a los demás puede formar parte de programas de voluntariado para construir escuelas en Zambia, ayudar a niños abandonados en un valle tropical a 2.500 metros de altura en Perú o en programas de educativos en zonas indígenas de Ecuador.

Son algunas propuestas que parten de la experiencia de Meritxell Morera, fundadora de Sabática.com, empresa que desde hace cinco años organiza y gestiona el tiempo sabático de personas entre 18 y 70 años.

Cuenta con más de 120 programas para hacer un paréntesis.

Al alcance de todos

“El concepto de año sabático parece que solo es para famosos y gente de dinero, pero esto es falso y desde aquí demostramos que está al alcance de muchas personas”, señala Morera que ha seguido el fenómeno “gapper” que surgió en Gran Bretaña en la década de los ‘80 y que está muy extendido en el mundo anglosajón, principalmente entre los jóvenes de 18 a 25 años.

Ellos optan por un año sabático o “gap year” antes o después de comenzar sus estudios universitarios.

“Intentamos ofrecer programas remunerados para aquellas personas que estén desempleados y busquen un tiempo sabático permitiéndoles costearse la estancia”.

Programas que van desde aprender idiomas, trabajar en otro país, hacer prácticas y adquirir experiencias en otros campos a los que se ha estudiado, hacer voluntariado y adentrarse en otras culturas, integrarse en otros países o descubrir cómo viven en otros sitios.

Según un estudio de esta empresa la estancia media de un “gapper” ronda los 45 días, las mujeres (69%) viajan más que los hombres (31%) y casi la mitad de los que viajan (43%) tienen entre 25 y 30 años. Le siguen los jóvenes de entre 18 y 24 años (35%); entre 30 y 50 años (20%) y mayores de 50 años (2%). Los estudiantes y quienes han acabado sus estudios universitarios recientemente son los que más optan por tomarse un tiempo sabático (45%); le siguen los profesionales liberales (25%); directivos (15%) y personas desempleadas (15%). “Mucha gente busca alternativas y momentos de desconexión; más aún con la crisis actual”, agrega la experta.

Juan A. Medina/Efe Reportajes

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