La felicidad es la mayor meta a la que tiende un ser humano. Por ello, la felicidad no sólo remite a la calidad del tiempo de ocio, a las relaciones de familia, amor y amistad sino que el trabajo es uno de los pilares básico del bienestar. Por dos razones, por un lado, un empleo aporta satisfacción económica. Esa que es necesaria para disfrutar de una calidad de vida digna, hacer frente a los gastos de hipoteca y economía doméstica y a los derivados del tiempo de ocio.
El trabajo también remite a la identidad, al modo de ser da cada uno, a sus deseos, inquietudes y valores, en definitiva, a su vocación. La vocación es esa llamada que te impulsa hacia un camino en el ámbito laboral en vez de otro. Sin duda, para una persona que tiene el deseo y la formación para trabajar en medicina le resultaría muy frustrante tener que trabajar como dependiente de una tienda. Sin embargo, a veces, estas circunstancias son más habituales de lo que parecen y no todo el mundo tiene la suerte de poder potenciar su talento.
La realidad es que más allá de la formación, el saber o las posibilidades lo cierto es que también existe el factor suerte. Un factor que si te lo propones, puedes empezar a trabajarlo para que dicha suerte esté de tu lado. El primer paso que debes lograr es creer y confiar en tí mismo. Porque cuanto más creas en ti más capacidad de lucha tendrás y optimismo para hacer frente a momentos difíciles con los que cualquier trabajador se encuentra en el entorno laboral: una negativa en una entrevista de trabajo, un despido, una mala nota en un examen…
La fuente del talento reside en saber que muchos objetivos no se consiguen a la primera, pero es que tampoco pasa nada por lograrlos más tarde. Es decir, cultiva tu autoestima porque tú debes de ser tu mejor amigo. Fomenta el pensamiento positivo y destierra de tu mente toda idea negativa que te conduce al callejón sin salida de no aprovechar al cien por cien todas las posibilidades que se presentan en tu camino, de no mostrar tu valía a aquel que tienes en frente y de no cumplir tus sueños como si fueses un niño.
La formación tiene un peso destacado en el talento. Por ello, mantén la inquietud despierta por saber más, realiza cursos, participa en congresos y observa a los demás puesto que también del modo de trabajar de otros empleados podrás aprender a hacer mejor las cosas.
Artículo publicado en http://www.nuevastecnologias.com/
