viernes, 17 de mayo de 2013

Decorar con mimbre


El mimbre se utiliza cada vez más para realizar no sólo objetos sino también decoraciones, consiguiendo un efecto muy especial en interiores, patios, jardines, balcones y terrazas. Y es que nunca pasa de moda, sobre todo ahora que las tendencias en decoración se han orientando hacia todo lo ecológico y natural, trabajando prioritariamente con materiales biodegradables.

Las piezas elaboradas en mimbre suelen ser de una exquisita elaboración de indiscutible belleza y de variados colores y formas por lo cual se adaptan a cualquier ambiente.

El mimbre, que es una fibra natural, cuenta con características muy destacables como una flexibilidad casi perfecta, así como con la posibilidad de darle color utilizando pinturas o barnices, ya que los absorbe y no se desgranan.

Además, al ser un material muy liviano es muy fácil de transportar.

También hay que destacar la reciedumbre de este material que, pese a su aparente fragilidad, es tan fuerte como la mejor de las maderas, por lo cual un buen mantenimiento hará que los muebles y otros objetos construidos con mimbre se conserven en perfecto estado durante mucho tiempo.

A veces el mimbre se combina con el ratán, otra fibra natural, para conseguir una mejor resistencia y flexibilidad, dependiendo del objeto que se vaya a construir.

La forma más habitual de trabajar el mimbre es realizando trenzados machacados para que formen un cuerpo único y resistente. Estas trenzas se van entremezclando para obtener estructuras adecuadas.

Así se obtiene el objeto o mueble deseado, cosiendo las uniones mediante hilo de grosor intermedio o grueso.  

La utilización de fibras naturales como el mimbre, el bambú y el ratán, cuya costumbre se afianza con el tiempo por lo que será difícil que deje de estar de moda, tiene la enorme ventaja de que las piezas elaboradas ofrecen un ambiente mucho más acogedor en las viviendas.

Uno de los objetos más utilizados son las cestas de mimbre que aportan calidez y naturalidad a cualquier ambiente de la casa y a las cuales se les puede dar distintos usos según las necesidades e ir adaptando su función según vayan cambiando estas necesidades.

Por ejemplo, una cesta con tapa colocada en un cuarto se puede usar para guardar ropa limpia, luego puede pasar al baño para las toallas y cuando se daña la tapa puede ser usada como recipiente para materos.

En la cocina pueden tener diversos usos.

Colocar frutas, vegetales que no requieran refrigeración, cuchillos y tenedores grandes, cucharones, utensilios de madera o para ordenar los pañitos de cocina.

Dentro del baño, las cestas de mimbre son un buen depósito para las toallas, para colocar los productos de aseo personal; los accesorios para el cabello como cintas y ganchitos; y la ropa sucia.

En los dormitorios son ideales para aprovechar el espacio bajo la cama para almacenar juegos de sábanas, zapatos, ropa limpia, juguetes, ropa sucia y de papelera. 

En la sala y en otros lugares de las casas y apartamentos las cestas de mimbre sirven para colocar revistas, libros, los diferentes controles remotos de los aparatos eléctricos y electrónicos; y materos. Pero el mimbre, además de servir para elaborar objetos para decorar tanto interiores como exteriores, que son los usos a los que estamos acostumbrados, también es utilizado para fabricar  accesorios de uso personal como carteras, correas, collares y zapatos.


Edén Valera

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