miércoles, 19 de febrero de 2014

¿Los colores de la casa modifican el estado de ánimo?



Muchas son las investigaciones que se han realizado sobre los colores en cualquier aspecto de la vida, entre ellas la vestimenta, la comida y la decoración de ambientes. Más allá de creer o no en el Feng Shui, lo cierto es que la psicología también ha estudiado el fenómeno de los tonos relacionados al estado de ánimo. Aprende más en el siguiente artículo.

Qué saber sobre los colores

La percepción de los colores por medio del ojo es un proceso neurofisiológico complejo, que está asociado a un evento físico de la luz que provoca sensaciones en las personas y hasta en los animales. Básicamente, son energía que afectan de diferentes formas, produciendo experiencias diversas, aunque con patrones similares. Cada uno de los colores tiene un significado diferente:

  • Blanco: simboliza la pureza, la paz, la inocencia, el optimismo. Se lo asocia a la divinidad, a la estabilidad, a la armonía y a la calma.
  • Amarillo: Irradia siempre a todas partes y sobre todo, es el color relacionado a la luz del sol y representa la inteligencia.
  • Naranja: es el color del fuego y las llamas, simboliza la energía, el regocijo, el placer y también se lo relaciona al sol.
  • Rojo: es el más excitante. Representa el poder, la energía y la vitalidad.
  • Violeta: indica la ausencia de tensión, simboliza la calma, la serenidad, la dignidad y el autocontrol.
  • Azul: Es un color que transmite serenidad, sinceridad, armonía, fidelidad, y confianza.
  • Verde: es la esperanza, la naturaleza, es la armonía perfecta entre el cielo (azul) y el sol (amarillo). También expresa deseo, equilibrio y descanso.
  • Rosa: es sinónimo de ingenuidad, ternura, bondad, ausencia de todo mal.
  • Negro: lo opuesto a la luz, lo que está escondido, la muerte, la noche.
  • Gris: iguala a todas las cosas, expresa aburrimiento, desconsuelo, vejez e indeterminación.

¿Cómo usar los colores en cada ambiente?

Más allá de los significados de cada uno de los colores, en el caso de los ambientes de una casa hay que tener muy en cuenta cuál utilizar. Esto se debe a que todos tienen un “poder” oculto, que aunque no lo creamos, nos modifica en nuestras conductas y estados de ánimo.

En el caso del blanco, está aconsejado en todos los sitios donde se requiera la serenidad y la paz mental en los más altos niveles; el gris se puede usar en oficinas porque simboliza el éxito e inspira a la creatividad; el amarillo sirve para aclarar las mentes cuando están confusas y ayuda a estimular el cerebro; el naranja aumenta la inmunidad y la potencia, pudiendo ser una excelente opción para una habitación o una sala, también para la cocina porque tiene un efecto de tibieza; el rojo se usa para intensificar el metabolismo, es sinónimo de pasión, puede usarse para la habitación matrimonial, por ejemplo; el azul disipa los temores y tranquiliza la mente, ideal para un recibidor y el verde equilibra las emociones, estimula la compasión y revitaliza el espíritu.

Pero cuidado con los excesos en los colores, porque tienen efectos negativos en la mente. Si la casa está demasiado pintada de blanco, sin otros tonos, provocará desorientación y cansancio;si hay mucho amarillo, produce agotamiento y demasiada actividad mental; el violeta pensamientos negativos, el azul genera depresión, pesadumbre y aflicción; el rojo agitación, tensión y ansiedad y el naranja, ansiedad.

Por ello se recomienda no abusar de un solo color en un ambiente, sino tratar de combinarlos con los muebles, por ejemplo, o dejar alguna pared en blanco con una guarda en otro color. Para alcanzar la armonía es preciso coordinar los diferentes tonos de manera armónica. Ten en cuenta que los colores cálidos se consideran estimulantes, excitantes y alegres. Los fríos sedantes, tranquilos y hasta deprimentes.


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