lunes, 14 de septiembre de 2009

La amistad como incentivo

Las relaciones amistosas pueden ser un aliciente en la capacidad productiva. Separar la vida personal de la profesional ya no será una máxima a seguir sino al revés.

Beatriz Rojo Polo/Teresa Bouza
Efe Reportajes


Según el escritor Tom Rath en su obra “Vital Friends”, los trabajadores con amigos dentro de su trabajo se comprometen más que los que no estrechan relación con sus compañeros. Para afirmar esto, el autor Tom Rath ha entrevistado unos 10 millones de personas de 114 países diferentes.


Tom Rath, es autor junto con Donald O. Clifton del bestseller “¿Está lleno su cubo?”, en el puesto numero 1 de libros más vendidos, según el New York Times. Rath asegura que es mejor mezclar la amistad y el trabajo que no hacerlo.

Tras un minucioso estudio, asegura que en cada sondeo de los que realizó incluyó la pregunta “¿tiene un amigo en su trabajo?”. Tras la observación y el análisis de los resultados, concluye que la persona que posee un amigo dentro de la oficina o empresa tiene hasta siete veces más posibilidades de comprometerse en su labor que los que no lo tienen. Dicho de otra manera, están más potenciados y con más ganas de acudir a su puesto y realizar sus actividades.

El estudio debería convertirse en un requisito para empresarios y departamentos de RRHH que deberían potenciar relaciones personales dentro del trabajo.

En lugares como Estados Unidos lo intentan organizando actividades extralaborales, como fines de semana en el campo, reuniones de las familias de los trabajadores o fiestas de la empresa en Navidad.

Amor y grupos
E ntre los defectos está que la relación amistosa mute a una romántica; nefasto para el desempeño, sobre todo si la relación se da entre jefe-subordinada.

Otro de los grandes peligros es que se puede acabar formando grupitos que excluyan a algunos; grupos de presión que para ayudarse perjudiquen a otros.

Otra de las cosas contra las que Rath previene es la amistad basada en el “odio mutuo contra el jefe”, que pone trabas a la hora de una fluida comunicación y del correcto funcionamiento del organigrama empresarial.

Aún así, concluye Rath, las “estrechas amistades en el trabajo se traducen en un considerable aumento de la satisfacción laboral y el éxito profesional”. Y ante la pregunta de por qué entonces la gente se empeña en continuar en sentido contrario, afirma que “están equivocados”.

Sustenta su teoría en que las multinacionales han empezado a darse cuenta y por eso son las que mejor funcionan, pero que la mediana y pequeña empresa no ha tenido el conocimiento verdadero de esta realidad, ni los medios para llevarla a cabo. En el libro, además de hablar de la amistad en el terreno laboral, aborda las distintas clases de amistades y distintos roles en las relaciones.

Sobre la confianza
–No todos los jefes están dispuestos a impulsar esta clase de motivación pues el estudio revela, también según afirma Rath, directivo de la división de consultoría de la firma de sondeos Gallup, dirigida a asesorar a las empresas para la potenciación de una mayor eficacia y competitividad empresarial durante cinco años, que el 75% de los 80.000 jefes entrevistados no están de acuerdo con la máxima del autor de que es mejor mezclar vida personal y trabajo, pues creen que “la confianza da asco”.
–En cuanto a los empleados, de los sometidos al sondeo sólo 33% aseguró ser poseedor de un amigo en el ámbito laboral. El estudio demuestra que aunque pocas personas tienen amigos en el trabajo le causó una gran impresión la necesidad de las personas de crear fuertes vínculos en el trabajo.
–No obstante, el autor también reconoce que el sistema falla, y que no siempre es bueno mezclar la amistad con la responsabilidad.

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